"Menos mal que espertou a nosa filla máis nova e sentimos os seus berros"

Una pareja castroverdense y sus cuatro hijos fueron trasladados de madrugada al Hula tras resultar intoxicados por una mala combustión de la cocina de leña de su vivienda, en Tórdea
Montse Rodríguez, ya en casa tras recibir el alta, junto a la cocina de leña que causó el percance
photo_camera Montse Rodríguez, ya en casa tras recibir el alta, junto a la cocina de leña que causó el percance

"Menos mal que espertou a nosa filla máis nova e sentimos os seus berros, porque estabamos durmindo. Grazas a ela estamos aquí". Así recordaba este martes a primera hora de la tarde la vecina de Castroverde Montse Rodríguez el angustioso trance por el que pasó su familia horas antes al resultar intoxicada por monóxido de carbono, todo apunta a que por la mala combustión de una cocina de leña.

Este percance, que por fortuna se quedó al final en un susto, se produjo de madrugada en su vivienda, en el pueblo de Tórdea. Dormían en el interior la pareja formada por Montse y Tino Regueira y sus cuatro hijos -dos niños y dos niñas con edades comprendidas entre los seis y los 14 años-.

Grazas á miña filla estamos aquí

Los hechos se desencadenaron sobre las tres de la mañana, cuando la benjamina de la casa, de solo seis años, se levantó para ir al baño al encontrarse indispuesta y empezó a pedir ayuda. "Saín da habitación e vin que estaba branca e cos ollos moi abertos, xa nin respondía", explicó Montse. Añadió que, alertados por el jaleo, el resto de los niños se levantaron, y con esos mismos síntomas de mareo, lo que les dificultaba mantenerse en pie. Ella misma se encontraba mal y fue Tino, menos afectado, quien llamó de inmediato a los servicios de emergencias. "Se estou soa non dou chamado", aseguró después Montse.

Hasta el lugar se desplazó una ambulancia del 061 con un médico y un ATS del PAC de O Corgo, que comprobaron que la familia presentaba síntomas de intoxicación por monóxido de carbono.

"Dixéronnos que tivemos sorte", resaltó Montse. Como Tino se encontraba ya mejor, la pareja fue al hospital en su coche, con dos de sus hijos, mientras que los otros dos, los más afectados, fueron evacuados en ambulancia. Tras pasar la noche en el Hula, a media mañana recibieron el alta.

"Aos nenos xa lles doía a cabeza cando foron durmir, pero como estiveran acatarrados non pensei nisto", recordaba Montse ya en su domicilio, junto a la misma cocina de leña que les causó todos los problemas.

"Cando nos deitamos non saía fume da cociña. O que pasa é que tiñamos todo pechado e as ventás son gordas, e o monóxido debeuse de acumular durante todo o día", razonó.

Aos nenos xa lles doía a cabeza cando foron durmir, pero como estiveran acatarrados non pensei nisto

La familia trataba de recuperar por la tarde la normalidad y, mientras Tino atendía ya las explotaciones ganaderas en las que trabaja, su mujer se afanaba en mantener bien ventilada la casa -de una única altura, con las habitaciones en la misma planta que la cocina - y algunos de los niños descansaban, tras no haber dormido apenas durante la noche.

APOYO VECINAL. Durante la jornada, esta familia castroverdense recibió numerosas visitas y muestras de afecto de sus vecinos, sorprendidos ya que no se enteraron hasta la mañana de lo sucedido, pese al gran despliegue de medios de emergencias durante la madrugada.

Así, además del equipo del 061, fueron a Tórdea miembros del GES de Becerreá, del parque de bomberos de Sarria y de la Guardia Civil. A su llegada encontraron la casa desocupada, al haber marchado ya al Hula sus moradores, y cerrada, por lo que, tras constatar que estaba todo en orden y no había ni incendio ni restos de humo, regresaron a su base.

Algún vecino de la familia comentó después que el lunes había visto cómo salía algo de humo de algunas ventanas de la casa, lo que confirmaría esa mala combustión continuada de la cocina de leña durante horas.

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