Los medidores de gas radón que el Ayuntamiento de Castroverde ordenó instalar en varias parroquias del municipio para comprobar los niveles de radón en viviendas y dependencias municipales, como consecuencia de la proliferación de casos de cáncer en ese municipio de Lugo, no detectaron "niveles peligrosos" de ese gas.
El alcalde de Castroverde, el socialista José María Arias, encargó ese estudio a una empresa privada para comprobar si realmente era "preocupante" la presencia de radón en una parte de este municipio de la provincia de Lugo, dado el elevado porcentaje de personas relativamente jóvenes que habían enfermado de cáncer en el ayuntamiento.
En una primera fase, la elaboración de ese estudio se centró en la toma de muestras y mediciones para comprobar la concentración de ese gas en tres puntos del municipio, concretamente en una zona "granítica", en la propia casa consistorial y en un colegio de la localidad.
En declaraciones a Efe, Arias confirmó que la recogida de muestras y las mediciones se prolongaron "durante seis o siete meses", tanto en la capital municipal de Castroverde, como en diferentes lugares de la zona rural del ayuntamiento, concretamente en Barredo, Monte, Gracián o Goi.
El regidor local confirmó que esas mediciones determinaron en todos los casos "niveles normales" de concentración de radón, "nada por encima de lo que se considera peligroso" para la salud de las personas.
El primer edil defendió la realización de este estudio porque el radón es "un asesino silencioso", la segunda causa de muerte por cáncer de pulmón y responsable de entre un 3 y un 14 % de este tipo de enfermedad en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"Creo que si podemos tratar de concienciar a la gente para que tome medidas con el radón, hay que hacerlo", dijo Arias, especialmente "en las zonas graníticas", donde la descomposición de la piedra da origen a este gas, añadió.
