Mascotas que animan a aprender inglés

El colegio Galén participa en un programa de intercambio de peluches entre centros de cinco países

Algunos de los alumnos de Galén participantes en el programa de 'mascotas' viajeras. EP
photo_camera Algunos de los alumnos de Galén participantes en el programa de 'mascotas' viajeras. EP

Mike es un león de peluche, melenudo y sonriente, que los alumnos de segundo de primaria del colegio Galén se intercambian con otros niños de Francia, Polonia, Turquía y Grecia. A su vez, los lucenses reciben las mascotas de estos otros centros, se hacen fotos y vídeos con ellas y las suben a una plataforma en la que los participantes de todos los países pueden hacer comentarios y aportaciones. Básicamente, así funciona el proyecto de Etwining que este curso se puso en marcha en el colegio, coordinado por la profesora Selene Calvo, con el objetivo de que incentivar en los alumnos el aprendizaje de inglés.

"Cada colegio tiene una mascota que se va intercambiando y pasa entre uno y dos meses en cada centro. Cada niño la lleva a su casa dos días y se hace fotos y vídeos con ella hablando en inglés", explica Selene, que apunta que la iniciativa sirve para que los pequeños se suelten a hablar este idioma y, además, para que aprendan sobre la cultura de cada país participante.

"Les ayuda a ver la importancia de la lengua inglesa porque sería imposible hacer esto solo en turco, polaco o griego", añade. El programa depende del Ministerio de Educación y tiene como finalidad promover la interacción entre docentes y escolares de todo el ámbito europeo.

En el proyecto participan dos colegios de Polonia, dos de Francia, uno de Turquía y otro de Grecia, además del centro lucense. La gran cantidad de mascotas en juego no hará posible, con toda probabilidad, que puedan pasar por Lugo todas ellas, pero sí al menos una representando a cada país.

Selene invita a los alumnos a que hagan los vídeos en inglés, pero no son obligatorios. Sin embargo, todos se apuntan sin problemas. Alguna alumna incluso preparó, con ayuda de sus padres, un vídeo de presentación de Lugo. "Hay mucha colaboración de las familias", explica la profesora. Los padres le cuentan que, cuando graban los vídeos, los niños se toman muy en serio la pronunciación y hacerlo bien. Y los comentarios en la plataforma son siempre positivos, lo que les invita a perder la vergüenza. "El aprendizaje en clase puede ser significativo, pero en este contexto lo es más porque realmente ven que la lengua les sirve para comunicarse", apunta Selene.

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