Más que una tonadillera

Difícilmente podrá justificarse la existencia de una televisión pública que realiza conexiones en directo con Alcalá de Guadaíra para conocer cómo le fue el fin de semana en la cárcel, sin visitas, a Isabel Pantoja.

Resulta ya de digestión complicada que una televisión pública mantenga antes del informativo de mediadía -o de primera hora de la tarde: a las 15.00 horas no es mediodía en Europa- treinta minutos de vídeos de famosos, de idas y venidas y amores y desamores de esos mismos. ¡Hay que captar audiencia! Pero es una televisión que se justifica como servicio público y a la que la asfixia amenaza por las cuentas. Puestos a informar, se puede enviar una unidad móvil a la prisión en la que está el exministro y expresidente de Balereas, Jaume Matas, o cubrir en directo el ingreso en prisión del personaje Carlos Fabra.

Ya está en prisión
El expresidente de la Diputación y del PP de Castellón ya está en prisión. No corren tiempos favorables para indultos. Fabra fue condenado a cuatro años por delito fiscal. Su ingreso en prisión es la señal de que los pasos de la Justicia acaban por cumplirse, aunque sea después de una década. Fabra no está en la cárcel por corrupto: no se aclaró el origen del dinero que ingresó en metálico en sus cuentas y que originaron la condena por delito fiscal.

Inyectar
Las políticas públicas, con partidas para crear directamente empleo, se han demostrado parches, con riesgo de instrumentalización electoral y propaganda. Las políticas que aportaron resultados positivos en crecimiento, y recuerdan la socialdemocracia, inyectan dinero orientado a multiplicar la acción inversora del sector privado y así generar empleo y consumo .

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