Más que diferencias

CLARO que es un disparate. Cuesta entender que doscientos altos cargos de la Administración del Estado cobren más que el presidente del Gobierno, o que Rajoy perciba 35.000 euros anuales menos que su jefe de gabinete. O que en Galicia existan salarios públicos que duplican al de Feijoo. Aberrante. Pero es inau- dito que el asombro se centre más en las desigualdades retributivas que en las retribuciones en sí, que eso sí es escandaloso. Por su alta responsabilidad y representatividad no parece desproporcionado lo que perciben tanto el presidente del Ejecutivo como el de sus ministros, pero sí lo es lo que se embolsan sus ayudantes. Por ejemplo, ¿alguien entiende que el ministro del Interior tenga una asignación de 68.981 euros y que la de los directores generales de la Guardia Civil y Policía sea de casi 120.000? ¿Cómo puede un país plagado de mileuristas, y con miles de familias sin ningún ingreso, soportar tales excesos y los ciudadanos tolerarlo? Y aparece ahora el populista secretario general del PSOE exigiendo rebajas. ¿Es que lo ignoraba antes de aflorar la bendita transparencia?

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