Más presión

LA NEGOCIACIÓN y la presión desde Galicia contra la amenaza real de imponer la devolución de bonificaciones fiscales al sector naval continúa. El presidente de la Xunta se dirige a los ministros de Industria y Economía para que estos actúen en Bruselas en sus áreas correspondientes. La presión desde el propio sector continúa con nuevas movilizaciones. En todo caso, el objetivo es actuar en Bruselas y no debería primar el rentabilizar este grave problema para la economía gallega en clave de desgaste político interno. El ejercicio responsable de oposición y de gobierno exige que no toda actuación se realice en clave de desgastar al contrario, a ver si así se rentabiliza algo. Y tampoco parece que sea esta la oportunidad para colar de contrabando un antieuropeísmo que aflora fácilmente en algunas fuerzas políticas. La pertenencia a Europa ha sido y es beneficiosa para Galicia. Otra cuestión es la eficiencia con que aquí se han gestionado los grandes recursos que aportó la UE.

Otras vacaciones

La crisis económica implica en sus consecuencias prácticas cambios de hábitos, como que muchas familias gallegas no se desplazarán de su entorno habitual en el período vacacional. Solo un 14,3% de las familias viajará o se desplazará, según datos del Instituo Galego de Estatística (Ige). Es comprensible ese frenazo al gasto vacacional, cuando el 57,7% de los hogares gallegos llega a final de mes con dificultades económicas. Es la cara de la crisis y su traducción negativa para el consumo. Para esos hogares, precisamente, el anuncio de la subida del recibo de la luz es pésima. De los datos del Ige, quedémonos con lo positivo: mejora la confianza del consumidor en este tercer trimestre del año. Pero como recuerda el profesor Antón Costas, el optimismo en economía permite vivir más feliz, pero produce mayor número de equivocaciones.

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