Mario Saavedra detalla cerca de 80 cruceiros en Mondoñedo en su último libro

Trece no resistieron el paso del tiempo, pero el resto presenta buen estado de conservación 

Cruceiro en el patio interior de un pazo de Mondoñedo. AEP
photo_camera Cruceiro en el patio interior de un pazo de Mondoñedo. AEP

El estudioso Mario Saavedra Pérez completa sus investigaciones sobre cruceiros en la comarca con un exhaustivo análisis de las piezas halladas en Mondoñedo, muy numerosas, y que el etnógrafo ha ido detallando gracias a la colaboración de mucha gente de la zona que ha contribuido con su ayuda a completar un estudio sobre cruceiros, cruces, cristos, esmoleiros y viacrucis.

Un proyecto que se suma a los ya realizados sobre los hallazgos en Alfoz, O Valadouro, Foz, Burela, Cervo y Xove, que no serán los últimos, pues Saavedra ya anuncia que "agarda ter forza para rematar a catalogación destas obras de arte popular e relixiosa dos nosos devanceiros na Mariña Luguesa", al tiempo que invita a "recorrer os camiños para dar fe da man dos canteiros desba bisbarra".

Un oficio ya casi desaparecido, pero que tuvo una gran importancia en el pasado y el estudioso chairego recuerda que su trabajo ya aparece reflejado en varias de las obras escritas, pero todo en las leyendas orales que fueron pasando de generación en generación.

El etnógrafo recuerda que hay tres esmoleiros en el interior de la ciudad y la representación de otro en un cruceiro en Viloalle
 

En Os cruceiros de Mondoñedo. Lugares de culto noutrora, que Saavedra presentó en el mes de noviembre, el autor recopila "vintecratro cruceiros, oito cristos, vintenove cruces, tres esmoleiros e un viacrucis", 77 piezas a las que suma "outras trece saídas das mans dos canteiros que a forza do vento quixo que non chegaran aos días de hoxe", recuerda con tristeza.

Del amplio patrimonio analizado destacan los cruceiros, que pueden verse por todas las parroquias, y sobre el que llama la atención el de Fiouco, en Argomoso, pues se encuentra en el interior de una capilla: "É a representación da amizade de dúas familias de Cadavedo e Argomoso. É unha xoia", señala el historiador, quien recuerda que en la base de algunas de estas esculturas el cantero ha representado la devoción de una familia para que los vecinos se detengan a rezar "tendo en conta as indulxencias que o bispo concede para que as almas no purgatorio acaden o ceo e nós poidamos redimir en vida as nosas caídas morais", aclara Saavedra, quien además del cruceiro en el claustro de la catedral reconoce el valor del de Viloalle, en A Pontenova, "como representación dun esmoleiro".

En cuanto a los cristos, destacan por su significado el de Figueiras, "do século XIX e colocado en lembranza da desaparecida capela", otros dos de la misma época en Lindín, otro par en Os Remedios, el que existe en la Rúa do Pasatempo y los de Argomoso y Sasdónigas.

Devoción, muerte, superstición o lugar de entierros de niños nacidos sin vida son algunos de los motivos del levantamiento de las 29 cruces de Mondoñedo, en cuya ciudad hay tres esmoleiros y restos de un antiguo viacrucis —se conservan nueve estaciones— que unían la capilla de San Blas con el monasterio de Os Picos, ambos  desaparecidos "pero outrora camiño de rezos diarios", apunta.

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