Manuel López Poy: "Infravaloramos el cómic porque somos un país lleno de complejos"

El escritor sarriano, oculto tras el seudónimo de Samuel Shot, publica la novela 'Mensajero del infierno' ► El lector encontrará todos los elementos del buen wéstern: venganzas, malos, chicas de 'saloon'...

Manuel López Poy posa con su libro 'Mensajero del infierno'. A. F.
photo_camera Manuel López Poy posa con su libro 'Mensajero del infierno'. A. F.

EMPEZÓ A escribir sin pensar en publicar. El sarriano Manuel López Poy, apasionado del blues, decidió contar en un libro la historia de este género musical y de los afroamericanos. En aquel momento se fijó en su trabajo una editorial, Ma non Troppo, que comenzó a encargarle libros. Ahora publica Mensajero del infierno, una novela con la que rinde pleitesía al buen wéstern.

¿Qué tal es la vida del periodista freelance?
¡La pregunta del millón! (ríe) Si te contesto con humor, te digo que es muy entretenida: nunca sabes cuando cobras, nunca sabes cuánto puedes trabajar… Tú te administras tu tiempo y puedes ir haciendo tus cosas. Siendo serios, es muy complicada esta vida. Y cada vez más.

Ha escrito sobre música, sobre historia, sobre superhéroes, ahora un wéstern… ¿Hay algo con lo que no se atrevería?
Así, a priori, no hay nada con lo que no me atrevería. Sobre cualquier cosa que me interese, escribiría. Me divierte mucho cambiar de género y de registro. Que cada historia sea un reto nuevo.

¿Escribiría entonces un Cincuenta sombras de Grey, por ejemplo?
¡Pues no lo he leído! Lo que sí he leído es novela erótica de la vieja La sonrisa vertical y sí, sí... Me encantaría. En el estilo de novela erótica que tenga una trama, que tenga una historia que contar y mucho erotismo... ¿Por qué no?

¿Por qué este Mensajero del infierno lo escribe Samuel Shot (su seudónimo) y no Manuel López Poy?
La editorial de este trabajo, 66 Rpm, se dedicaba a libros de música y yo había publicado con ellos. Decidieron abrir una línea de novela popular, homenaje a los bolsilibros antiguos y me llamaron y me dijeron: "oye, necesitamos a alguien que nos escriba una novela de vaqueros y sólo se nos viene a la cabeza tu nombre". Me pusieron tres condiciones: escribirlo en 21 días, que fuese un homenaje al género y que lo escribiese con seudónimo. Cumplí las tres.

¿Qué le espera al lector que se adentre en esta novela?
Venganzas, tipo que llega al pueblo y lo revoluciona todo, chicas de saloon, malos de manual, indios, ranchos que ocultan vidas muy duras y gente dispuesta a tirar del revólver a la mínima. Un homenaje absoluto a los antiguos escritores de novela popular, en ese registro me he movido.

Tomando como referencia su novela, recomiende un wéstern.
El jinete pálido.

Indudablemente, en su obra hay una cierta querencia por los fuera de la ley: bandoleros, mercenarios, un campesino que recurre a la violencia, cowboys de gatillo fácil…
Sí. Pertenezco a esa generación a la que le gustaban más los malos que los buenos. Al que le gusta el wéstern siempre le gustan más los perdedores que los ganadores. Tienen más que contar.

Suelen ser más atractivos los malos. En el caso de Batman es muy evidente: el Joker, el Pingüino…
El Joker sobre todo. El bueno es un personaje que no te crea tanto atractivo, no porque queramos ser malos, sino porque lo prohibido, lo que nos atrae, está en el lado de los malos. Ya de niños si nos decían: "no se te ocurra mirar detrás de esa puerta", lo primero que hacíamos era mirar detrás de esa puerta. Es la naturaleza del ser humano.

¿Usted de niño era un poco más villano que héroe?
Bueno… (ríe). Yo era muy travieso. como héroe no tenía mucho futuro: pequeño, delgaducho, con gafas… Había que ser un poco pillo. Más que villano, era pillo.

Ha escrito mucho guion de cómic. ¿El cómic es literatura?
Sí. Para escribir un cómic tienes que tener en la cabeza el mismo esquema y luego sí que, a la hora de escribirlo, es otra forma de expresarlo. En mi caso no sé dibujar, cuento con un dibujante, y hacemos una lectura gráfica. Al pensar la historia, tienes que hacer literatura, si no, es un mal cómic. En España seguimos con la idea de que los cómics son cosas de chavales y un género menor, pero en un sitio como Francia que es la cuna del tebeo europeo, los guionistas están considerados escritores y se les puede premiar muy tranquilamente.

Hay quien considera que en este país se infravalora intelectual y culturalmente el cómic.Totalmente. Se infravalora el cómic, la novela de aventuras, y muchas cosas. Somos un país lleno de complejos culturales. Durante muchos años, aquí sólo era literatura lo que era espeso y de poco alcance de las masas. La cultura de las masas aquí nunca ha gozado de mucho respeto. En Estados Unidos la novela negra, hoy considerada un gran género literario, viene de la literatura de masas. La novela policíaca fue despreciada durante años. El cómic sigue siendo considerado un género menor.

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