Campo Vidal habla de la despoblación: "Vamos tarde. Pero la batalla aún no está perdida"

Hijo de la España vaciada, este periodista y sociólogo preside Next Educación, entidad que, junto con el Grupo El Progreso, organiza el día 27 en Lugo un congreso en el que se propondrán alternativas para luchar contra la despoblación, que azota a la provincia, como a media España.

Durante años Manuel Campo Vidal presentó el principal telediario de TVE; moderó la mayoría de los cara a cara en televisión de los aspirantes a presidir el Gobierno central —desde aquel primero en 1993 entre Felipe González y José María Aznar—; presidió la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión de España y, entre otros premios, recibió un Ondas y el Puro Cora. Este periodista, nacido en un pequeño municipio oscense, Camporrélls, que solo tiene 137 habitantes, está inmerso en la cruzada de buscar soluciones para frenar la sangría demográfica. El foro que se celebrará el próximo miércoles en el Círculo de las Artes —Soluciones inteligentes contra la despoblación— es un ejemplo de esa tarea vital. 

Manuel Campo Vidal. EP¿Qué pretende con esta jornada? 
Se trata de poner luz a un problema de fondo que debe ser afrontado con decisión y con urgencia porque no tenemos demasiado tiempo. Tenemos datos que indican que hay más habitantes con 75 años en las provincias de Lugo, Ourense o Zamora que menores de 25 años. Eso rompe la pirámide de edad, pone en jaque el sistema de pensiones y profundiza en el desequilibrio entre la España urbana y la rural. 

¿Cuáles considera que son las estrategias imprescindibles a acometer frente a esta lacra? 
Es fundamental que se produzca una gran alianza de los gobiernos de todas las administraciones, europea, central, autonómica, provincial y municipal, con los sectores privados, los medios de comunicación, las universidades y la ciudadanía en general. No hay una fórmula mágica, pero sí sabemos que solo se resolverá si todo el mundo contribuye desde su ámbito de actuación y si empezamos a prestar atención a soluciones concretas que sean pequeños avances, en lugar de simplemente hacer reuniones para el diagnóstico o el lamento que solo conduce a la melancolía de lo que fue y ya no volverá a ser. La voluntad que se lee en el fondo del programa que yo he organizado es traer experiencias positivas para decir podemos hacer esto y escuchar con enorme atención a los asistentes que aporten otras soluciones. 

Si los partidos no se ponen de acuerdo ni para constituir un gobierno, ¿van a ser capaces de remar en la misma dirección contra la despoblación en el rural? 
Cuesta creerlo. Pero también hay experiencias de que si no se ponen de acuerdo los políticos tradicionales aparecerán otros. Quiero referirme a ¡Teruel existe!, una candidatura provincial que ha sido líder en una provincia que tiene tres diputados y solo dos senadores —la mitad que las otras provincias— , que es una expresión de la sociedad civil cansada de promesas que ha dejado sin representación en el Congreso a Ciudadanos y sin dos senadores al PSOE, con respecto a las elecciones de abril. 

Es fundamental una gran alianza de todas las administraciones con medios de comunicación, universidades...

Usted también es aragonés, ¿su pequeña cuna ha influido en la cruzada que ha emprendido? 
Yo soy hijo de la España vaciada. Lo voy a poner en mi currículo. Yo salí de ese pueblo con mis padres cuando tenía 9 años. Emigramos a Barcelona. Formo parte de esos contingentes de dos millones de personas que llegaron a Cataluña durante el siglo XX. Después emigré a Madrid por motivos laborales. Tengo ese sentimiento. He hecho documentales en varios momentos de mi vida. Alguno sobre Galicia, como el titulado ‘América o el Shanghái’, que eran las dos alternativas de emigración que tenían los gallegos, o cogían un barco para irse a América o un tren para Barcelona, País Vasco... Personalmente estoy movido, como decenas de miles de personas en España, a no dejar caer el medio rural, porque este al final es vital también para la supervivencia de las ciudades. 

Da la sensación de que las administraciones han perdido el tiempo hasta ahora y le han dado la espalda al rural. 
Hay algunas administraciones que han hecho cosas interesantes, como el esfuerzo de la Xunta y de algunas diputaciones con los balnearios. Todo suma. Pero sobre todo hay que reconocer que hay dos territorios, eso lo hace con claridad en un documento el Gobierno valenciano. Hay algunos funcionarios enormemente interesados, como la Red Rural Nacional, que pertenece al Ministerio de Agricultura. Hay gente entusiasta defendiendo soluciones. No es suficiente. Tenemos que dejar de generar papeles y de promover reuniones solamente para contar que no se ha atendido el medio rural. Debemos cambiar la mentalidad. Cuando hay gente de la ciudad que quiere ir a vivir a un pueblo, con frecuencia se encuentra con que nadie le vende una casa, nadie le alquila las tierras aunque estén yermas. El tiempo apremia. Vamos tarde. Pero la batalla aún no está perdida. 

Se anima a las empresas a invertir en el rural para crear empleo y fijar población, pero se encuentran con problemas de conectividad o de comunicaciones, ¿la solución no se antoja fácil? 
La situación no es fácil, pero hay recursos vía satélite u otras opciones tecnológicas para que llegue internet. A mí me gusta poner ejemplos concretos y demostrar que si otros lo hacen, también lo podemos hacer en esta provincia o en cualquier otra. Si yo voy a Castelserás, que está a ocho kilómetros de Alcañiz, en Teruel, y me encuentro en un pueblo de 800 habitantes con diez tiendas de comercio electrónico, entonces el factor humano y el carácter emprendedor es fundamental. Hace 18 años el Gobierno de Aragón les enseñó qué era internet y consiguieron conectividad. Esa es una luz que mantiene abierto el pueblo.

"La despoblación tiene mucho que ver con el cambio climático"

En un barómetro sobre los principales problemas de España, ¿qué puesto ocuparía la despoblación con respecto a otros, como el desempleo, la corrupción, el desafío catalán o la ingobernabilidad? 
Todo está relacionado. ¿Por qué hay despoblación? Por falta de oportunidades laborales. ¿Por qué hay despoblación? Por corrupción, no, pero por mal uso de muchas subvenciones públicas probablemente sí, como ha pasado en formación con millones de euros de fondos europeos. El padre de la patria galega, Alfonso Castelao, ya advertía: 'En Galicia no se protesta, se emigra'. 

No es un problema exclusivo de España, también de Europa. ¿En otros países van más avanzados a la hora de afrontarlo? 
La emigración de los campos a las ciudades es un fenómeno mundial, pero es más pronunciado en Europa y se nota más porque tiene una debilidad demográfica con respecto a otros continentes. Está más agravado en España porque somos el país más envejecido después de Japón. Aquí la despoblación adquiere un dramatismo muy especial. En Guadalajara, por ejemplo, hay pueblos de tres habitantes. Por tanto, es una cuestión municipal, provincial, autonómica, nacional y por supuesto europea. Europa no puede dar la espalda, no la está dando, a un problema como la despoblación, que tiene además mucho que ver con el cambio climático. La despoblación es la antesala de la desertización. Si un pueblo desaparece, el territorio no se cuida, viene el incendio, se arrasa y al final el agravamiento de las condiciones por la crisis climática se aceleran. 

¿La inmigración, tan zarandeada políticamente en los últimos meses, es una alternativa real a la despoblación? 
No hay que rasgarse las vestiduras. Si la caja de la Seguridad Social, por tanto las pensiones, amenaza con quebrar. Si muchos pueblos están cerrando porque no hay habitantes y hay personas de todo el mundo que están buscando un lugar para vivir con dignidad parece que, se pongan como se pongan los extremistas, por lo menos así habrá algún tipo de solución. Este es un factor que debe ser considerado y además sin ningún aspaviento, ni dramatismo. Es una asunto complejo, no hay varitas mágicas, pero hay iniciativas para tratar de resolver esta situación.

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