Opinión

Mano negra

LA DESCONFIANZA, como emoción negativa, es inherente al ser humano. Ineludible en la mayoría de los casos y de la que es difícil sustraerse en alborotos como el que protagonizan Xunta y Concello de Lugo por la documentación para convertir el viejo Xeral en el primer centro integral de salud en Galicia.

Que el gobierno local haya tardado un mes en registrar la licencia enviada desde Santiago y que siga (hasta el jueves) sin aparecer el proyecto técnico, cuya entrega al Ayuntamiento certificó Correos, acentúa todas las sospechas de alguien trata de torpedear el proyecto, cuyo interés es evidente para los ciudadanos.

Estamos una vez más ante un choque de competencias entre administraciones, cuyo desentendimiento se entorpece y agrava mediante descalificaciones, olvidando el interés general. Es muy gráfica la definición de la presidenta de la asociación de vecinos de la Residencia: "Los políticos se dan palos unos a otros, pero siguen cobrando y los perjudicados somos los vecinos". Ni más ni menos. De lo que se deduce, la irresponsabilidad del Concello es este caso mayúscula y deberá de asumirlo. Debe aclarar de quién es la mano negra.

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