¿Qué mano mecerá la cuna de Manuel Fraga?

El PP se agarra al fundador con una lista renovada para alcanzar la mayoría absoluta y alejarla de la zona de peligro ▶ La oposición, con PSOE, Vilalba Aberta y BNG desde la izquierda, aprieta viendo con esperanza lo que antes era utopía

Busto de Manuel Fraga Iribarne en Vilalba. ARCHIVO
photo_camera Busto de Manuel Fraga Iribarne en Vilalba. ARCHIVO

Desde que el Partido Popular existe siempre ha sido la mano que mece la cuna de Manuel Fraga, Vilalba, una localidad que hoy suma 14.226 habitantes y que nunca cambió de color ni de nana. Y es que con más o menos ritmo —los votos era más antes que ahora, las cifras no mienten— nadie necesitaba dotes adivinatorias ni una bola de cristal para conocer el resultado electoral antes del recuento de papeletas.

El PP era el caballo ganador. Las mayorías absolutas —aplastantes a veces, por los pelos la última— se encadenaban una tras otra. Hasta las municipales de 2015, cuando el grupo municipal del Partido Popular de Gerardo Criado resistió, pero tan al límite que sintió el roce de la zona de peligro, tras más de 1.300 votos perdidos.

Cuatro años después, con juegos de sillas en el PP que llevaron a Agustín Baamonde de nuevo a la alcaldía, el reto de las municipales es saber quién o qué mano mecerá los próximos cuatro años la capital chairega. Y así, mientras el PP apuesta por un lavado de cara profundo mientras se agarra al fundador más que nunca —la presentación de todos los alcaldables en la provincia de Lugo se hizo rodeando el busto de Manuel Fraga en la alameda—, la oposición, toda a la izquierda, aprieta para arañar votos viendo con esperanza lo que hasta hace nada era utopía.

UNA NANA, CUATRO VOCES. Todos quieren marcar el ritmo y que su voz se entone más alta en la canción de cuna. Pero solo hay una nana y cuatro voces, pese a que durante meses se habló de que nuevos partidos se sumarían a estos comicios municipales. Ni Vox, como decían los rumores, ni Ciudadanos, que llegó a tener nombres para los primeros puestos de la lista —incluida una mujer en el número uno—, se presentaron finalmente, lo que deja al PP toda la derecha libre.

Sin batallas ideológicas ni reparto de votos entre siglas, su único reto es alcanzar los nueve concejales, el número mágico que garantiza el poder directo. Y su filosofía está clara. El PP apuesta en Vilalba por Agustín Baamonde para revalidar la mayoría absoluta, un político de partido, con experiencia y una cara conocida. Ocupó la alcaldía en sustitución de Xosé María García Leira en 1990 y encabezó cuatro gobiernos de mayoría absoluta en Vilalba hasta que fue elegido diputado en el Parlamento de Galicia en 2005.

Regresó a la alcaldía en 2016 cuando, como en un castillo de naipes, todo se reestructuró. Criado se marchó al Senado, Baamonde volvió a la alcaldía y Sandra Vázquez —encumbrada ahora al número dos de la candidatura— dejó la Cámara Alta para ser diputada gallega.

Ni en aquel momento ni ahora, con ausencias que sorprenden en la candidatura, los movimientos internos transcienden. El PP deja los debates de puertas para adentro y se presenta con una lista con muchas caras nuevas.

Enfrente, las otras voces para la canción de cuna están todas a la izquierda, aunque el coro no destaca por su unión —a veces las guerras plenarias son más entre formaciones de la misma bancada que con el gobierno local—, pese a que todos tienen el mismo ojetivo: evitar el nueve en el PP.

El PSOE de Elba Veleiro sueña con el "a la tercera la vencida" y apuesta por una lista de continuidad que estrena algún nombre y dice adiós a pesos pesados del partido como Eduardo Vidal.

No es la única cara que abandonará, independientemente de lo que digan los votos, el salón de plenos vilalbés. Félix Jorquera pasa de encabezar la lista del BNG a cerrarla y toma el relevo Vítor Rei. En Vilalba Aberta, Modesto Renda repite y la formación asamblearia lo tiene claro: "Agora si", es su lema contra la abstención. ¿Quién mecerá la cuna?

Comentarios