Mabel Lozano: "Las víctimas que denuncian no están protegidas"

Presenta este miércoles en Pontevedra su último trabajo, un cortometraje documental titulado 'Biografía del cadáver de una mujer"

En su nuevo documental aborda la historia de Yamilde Giraldo, una prostituta que fue asesinada a tiros después de denunciar a su proxeneta... ¿Cómo llegó a su historia?
La descubrí al hacer mi libro El proxeneta (2017), cuando me la contó uno de los entrevistados. No solo me contó la historia de Yamilde, sino que me habló de la impunidad con la que muchas mujeres –algunas de ellas consideradas testigos protegidos– eran asesinadas como forma de avisar al resto de lo que puede pasar si denuncias. Para poder retratar en su complejidad el escenario de la trata de blancas, decidí en esta ocasión buscar a las mujeres que son asesinadas en situación de prostitución y descubrí que nunca se han dado nombres ni cifras. Es una realidad que no existe. Mi intención es hacerles su merecido homenaje a estas mujeres que no tienen nombre. Tanto a ellas como a sus familias.

"Desde el año 2000 más de 44 mujeres en situación de prostitución han sido asesinadas en circunstancias brutales"


¿Cuáles fueron los principales hallazgos que encontró durante esa investigación?
Hemos encontrado que desde el año 2000 han sido asesinadas de manera brutal 44 mujeres en situación de prostitución. No son casos aislados y estoy convencida de que hay muchas más, pero es muy difícil encontrarlo. Hay muchísimos cadáveres sin identificar de mujeres sin papeles, que nadie conoce... El problema radica en que estos casos no son considerados como violencia de género y, por lo tanto, son tratados como simples homicidios. No se investiga si esa mujer pudo haber sido explotada, si fue víctima de trata, si hay redes mafiosas detrás, etc. Se investigan como homicidios normales, cuando en realidad hablamos de mujeres que han sido quemadas vivas, descuartizadas, arrojadas en basureros o, en el mejor de los casos, asesinadas con armas de fuego. Se las trata como a trozos de carne, no como a seres humanos.

¿Cuál es la principal motivación detrás de esos asesinatos más allá de la venganza o la advertencia?
El principal motivo es, sin lugar a dudas, el dinero. Si hay una denuncia, al proxeneta le cierran su negocio y pierde el dinero. Además no deja de ser violencia de género: son crímenes machistas basados en la idea de posesión. En la idea de "la asesino porque es mía y me pertenece". La trata y la explotación son formas de violencia de género y es necesario que se investiguen como tal, para poder llegar a conocer la complejidad de los casos.

¿Son solo los proxenetas los que se encuentran detrás de los asesinatos o hay algún otro actor implicado?
Los proxenetas no se mojan las manos con estos asuntos. Ellos son los autores intelectuales y contratan a sicarios para que lo hagan. Como no quieren que les cierren el chiringuito, optan por el asesinato. Pero no son los únicos. De los 44 asesinatos que hemos investigado, la mayoría fueron efectuados por los propios clientes. También hay muchas que directamente optan por el suicicidio o simplemente desaparecen sin dejar rastro.

Es necesaria una legislación integral sobre la trata desde una perspectiva de género que aborde la reinserción"

¿Cuentan estas mujeres con algún tipo de protección legal?
Hay que partir del hecho de que muchas de las víctimas habían denunciado y supuestamente estaban protegidas. Pero realmente no es así. La ley de testigos protegidos no funciona en el caso de las víctimas de trata porque son mujeres desfavorecidas, en situación de vulnerabilidad extrema. Es una legislación que deja desprotegidas a mujeres que ya son víctimas. Por eso es urgentemente necesaria en España una reforma legislativa que condene todas y cada una de las caras del proxenetismo. Que nadie pueda lucrarse con la prostitución ajena.

Como experta en el tema, ¿en qué dirección cree que debería ir esa reforma legislativa?
Todo el mundo entiende que no está bien el tráfico de órganos, pero ¿qué pasa con las mujeres? Hablamos de explotación humana y es necesario elaborar una ley integral sobre la trata y con una perspectiva de género que aborde la reinserción. Hay que hacer políticas transversales y hablar de la situación de las mujeres. Es una legislación que no llega nunca, ni con el PP ni ahora con los progresistas. Lo tienen en la mesa desde hace años y yo deseo con todas mis fuerzas que llegue el día en que se apruebe esa ley. Lo veo posible porque la ciudadanía está cada día más comprometida. Tenemos que empujar a los políticos.

Los actuales partidos en el Gobierno han abordado la cuestión en numerosas ocasiones, pero sin embargo todavía no ha habido ninguna propuesta firme...
Solo con escuchar a ministros que proponen como solución el cierre de los burdeles... ¿No se dan cuenta de que si los cierran condenan a esas mujeres a la marginalidad? ¿A dónde van a ir? ¿Dónde están sus derechos? Es como empezar a arreglar una casa por el tejado. Primero hay que poner unos cimientos, con leyes que las protegan y posibiliten su reinserción. Sin ir más lejos, el coronavirus va a hacer que muchas mujeres que se han quedado en situación de vulnerabilidad y marginalidad se vean abocadas a llegar ahí. Entiendo que ahora mismo hay gente muy vulnerable, pero estas mujeres están en una vulnerabilidad que va más allá del extremo.

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