Luís Celeiro advierte de la necesidad de distinguir entre información y rumor o bulo

El periodista y sociólogo de Samos advierte de que se generan informaciones "tratando de confundir y desinformar"

El periodista y sociólogo de Samos Luís Celeiro ha advertido este jueves de la necesidad que tienen los profesionales de los gabinetes de prensa de las universidades de distinguir entre la verdadera información y los rumores o bulos que se hacen circular de forma interesada. Así lo ha precisado durante su intervención en la XXIX edición de las Jornadas de la Asociación de Gabinetes de Comunicación de las Universidades y Centros de Investigación de España (AUGAC) bajo el lema La comunicación en la época de la posverdad. ¿Manipulación, falta de credibilidad o normalización de la mentira?, que se celebran en la Universidad de León.

Ha explicado que cuando se generan informaciones que no están confirmadas y son tendenciosas "probablemente se esté tratando de confundir, desinformar, persuadir a las personas para orientar su conducta en favor de intereses no confesables, espurios". "La mayoría de los autores coinciden en que los rumores surgen cuando hay falta de información y saltan con fuerza gracias a la ambigüedad, a la incongruencia y a la confusión que genera esa información incierta", ha precisado.

Celeiro, director de Comunicación de la Universidad de Santiago de Compostela, considera que "el rumor es una forma de presentación de información falsa, una herramienta para la distorsión que pretende abarcar a las masas". "Y, de hecho, se puede considerar como un fenómeno colectivo de expresión y comunicación malévola, apócrifa y escondiendo siempre la mano y la cara de quien la ha generado", ha apostillado.

Ha advertido de que muchas veces se inician los rumores en forma de pregunta por el simple método de preguntar al periodista, para que este se interese por el tema. "Ya está, sin comerlo ni beberlo, ese periodista hace de tonto útil o, sencillamente, cobra", ha recalcado. "Los periodistas no deben hacer nunca ese papel, por muy listos que sean los promotores del bulo o los múltiples bulos que buscan difusión desde los departamentos, estamentos, áreas de conocimiento, grupos de investigación o cuadros de mando", ha recalcado.

También ha advertido de que si bien hay coincidencia en que el rumor es de naturaleza oral y se propaga de boca en boca, en aquellos lugares de concentración de personas con interés común por la temática del rumor hoy esa labor de expansión se encuentra facilitada por las propias redes sociales. "Facebook, Twitter y el mismo WhatsApp son instrumentos perfectos, como si fueran diseñados a tal efecto, para propalar noticias de todo tipo, ciertas, interesadas, falsas, inciertas o rumores", ha señalado. Según Celeiro, "nadie sabe dónde está la información veraz o la mentira, la realidad o la ficción, que probablemente acabe siendo la verdad o la posverdad, ese término que entrará este mismo año, como neologismo, en el diccionario de la RAE".

El objetivo de estas jornadas es analizar la incidencia de la posverdad en la información, en la difusión de la ciencia, en la formación de la imagen institucional, en la captación de alumnos y, en definitiva, en toda la actividad que se desarrolla desde las áreas de comunicación de las universidades españolas. La palabra inglesa post-truth, traducida al español como posverdad, se empleó por primera vez en 1992 en un artículo publicado en la revista The Nation, en la que el dramaturgo serbio-estadounidense Steve Tesich escribió: "Lamento que nosotros, como pueblo libre, hayamos decidido libremente vivir en un mundo en donde reina la posverdad".

En español es difícil identificar el momento en que se empezó a emplear, pero en la base de datos de la Real Academia Española (RAE) los primeros registros de uso se remontan a 2003. Además la vigencia del término es tan grande que en fechas recientes el director de la RAE, Darío Villanueva, declaró que la palabra posverdad entrará como neologismo en la próxima actualización del Diccionario de la Lengua Española (DEL), prevista para diciembre de 2017, y lo hará entendida como toda información o aseveración que no se basa en hechos objetivos, sino que apela a las emociones, creencias o deseos del público.

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