El comité clínico que asesora a la Xunta en materia de prevención de la Covid-19 ha decidido imponer restricciones para frenar los contagios de esta enfermedad en los municipios de Silleda y Marín, al tiempo que las levanta en la Costa da Morte. Así lo ha anunciado este miércoles el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, tras la reunión semanal del comité de expertos, en la que ha participado también el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, y que ha estado presidida por el jefe del Ejecutivo gallego, Alberto Núñez Feijóo.
Dada la "tendencia estable" que se observa en la evolución epidemiológica del área de A Coruña, el comité ha decidido levantar las estrictas medidas vigentes en los municipios de Carballo, A Laracha, Ponteceso y Laxe. Sin embargo, estas restricciones, todavía en vigor en otras áreas como Ourense, Santiago o Lugo, se amplían en el área de Pontevedra, la que registra ahora peor evolución, incorporando a Marín y a Silleda.
Entre otras cuestiones, implican limitar las reuniones a un máximo de 10 personas para individuos no convivientes, reducir los aforos de lugares cerrados y restaurantes al 50 por ciento, y de las terrazas al 75%, así como limitar asistentes a celebraciones, velatorios o cultos religiosos.
Sin embargo, desde esta semana y tras el protocolo alcanzado con la Consellería de Política Social, sí que se podrán realizar visitas a las residencias de mayores y, además, los centros de día se mantendrán abiertos pese a que se limitan en ellos las actividades grupales.
ELas restricciones permanecen activas en Lalín, A Guarda, O Rosal, Vilaboa y Poio, así como en las ciudades de Santiago y Ourense –desde el 3 de septiembre–, en la de Lugo –desde el 28 de agosto– y en algunos barrios de A Coruña y el municipio de Arteixo, donde entraron en vigor el pasado 8 de agosto.
LAS RESTRICCIONES "FUNCIONAN". Según el conselleiro de Sanidade, las decisiones tomadas en la reunión de este miércoles demuestran que "las restricciones funcionan", algo para lo que ha puesto como ejemplo el caso de Laxe –incorporado el pasado 12 de agosto– o de Ponteceso, donde las medidas solo están activas desde hace una semana.
"Siempre es duro y complicado ponerlas en marcha", ha dicho García Comesaña que, no obstante, ha apuntado que, si se cumplen, "en poco tiempo, los valores vuelven a límites de normalidad".
De hecho, los expertos han destacado que en los últimos días se ha registrado un "claro descenso" en toda la comarca de Bergantiños en la incidencia acumulada de COVID-19, con casos por debajo de la media gallega.
En el otro lado están los casos de Silleda y Marín, influenciados por las altas tasas en Lalín y en Pontevedra ciudad. En el caso de Silleda, han dicho los expertos, la incidencia a tres días es de 115,1 casos por 100.000 habitantes, mientras que en Marín es de 49,3, con 12 positivos en los últimos 3 días.
El conselleiro, por su parte, ha sido relativamente optimista en relación a los datos del conjunto de Galicia, con una incidencia acumulada a 14 días de 122 casos por 100.000 habitantes, frente a los 253 de media nacional. Del mismo modo, ha explicado que en el ámbito hospitalario "de momento la situación está bien controlada", algo que permite "estar tranquilos".
Entre otras cuestiones, en la reunión de este miércoles también se ha dado luz verde a la puesta en marcha en Galicia de la aplicación Radar Covid, implantada por el Gobierno para detectar posibles contactos de riesgo.
