Lugo registró el mes de enero más seco de lo que va de siglo XXI

El río Miño baja con menos caudal del que debería tener (Foto: Xesús Ponte)
photo_camera El río Miño baja con menos caudal del que debería tener (Foto: Xesús Ponte)

El recién finalizado ha sido el mes de enero más seco en la capital lucense desde principios de este siglo. Según los datos tomados por Meteogalicia, en esos 31 días solo se recogieron en la estación situada en el campus universitario 17,9 litros de agua por metro cuadrado en total, lo que supone nueve veces menos que en el primer mes de 2011, en el que se alcanzaron los 164,3 litros por metro cuadrado.

En enero llovió prácticamente lo mismo, por ejemplo, que en agosto del año pasado, en el que se contabilizaron 16,8 litros por metro cuadrado, e incluso menos que en otro mes de ese verano, el de julio, en el que se recogieron 20,6.

Esa plusmarca convirtió además a Lugo en el municipio de la provincia en el que hubo menos precipitaciones, por delante de Mondoñedo y Monforte de Lemos, con 18,8 y 19,4 litros por metro cuadrado, respectivamente, y en el ránking autonómico por detrás de la comarca ourensana de Valdeorras. En el otro lado de la clasificiación se situaron Abadín y Viveiro, con 68,4 y 62,8, respectivamente.

Frío

Pero los lucenses no solo prescindieron de los paraguas durante el mes de enero, también se tuvieron que abrigar un poco más porque ha sido el más frío de lo que va de siglo, con una temperatura media de 5,5 grados centígrados, con permiso del de 2006, en el que los registros cayeron hasta los 4,1 grados, según los datos tomados por Meteogalicia.

Este balance sobre el mes de enero más seco y frío de la última década en la capital lucense se conoce en vísperas de la entrada en el norte de España de una masa de frío polar que dejará temperaturas inferiores a los cero grados e incluso se prevé que nieve en altitudes bajas.

Como consecuencia de ese mes de enero tan seco, el río Miño, a su paso por la capital lucense, tiene menos caudal del que debería llevar en pleno invierno. Esta es una apreciación en la que coinciden los que suelen disfrutar casi a diario de sus orillas para la práctica de actividades deportivas. Algunos comentan que está un metro por debajo de lo que sería habitual a estas alturas del año.

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