Lugo elimina de su callejero el franquismo

El Concello instaló las placas con los nuevos nombres en las cuatro últimas calles que estaban dedicadas a figuras de la dictadura
Avenida Adolfo Suárez
photo_camera Avenida Adolfo Suárez

El callejero de la ciudad pasó este jueves página al franquismo tras completar el Concello la sustitución de las placas en cuatro calles dedicadas a figuras representativas de la dictadura. De esta forma, se cumplía la decisión adoptada por la corporación en el último pleno del anterior mandato, cuando PSOE y BNG, con la oposición del PP, aprobaron cambiar los nombres de siete vías y retirar el título de alcalde honorario perpetuo al propio Francisco Franco, en aplicación de la Ley de Memoria Histórica.

Los operarios municipales sustituyeron este jueves las placas de la calle Xeral Tella por otras con el nombre de Avelino Pousa Antelo; las de Cedrón del Valle por las de Isaac Díaz Pardo; las de Irmáns Pedrosa por las de Xaquín Lorenzo, y las de Carlos Azcárraga por las Adolfo Suárez. El mes pasado ya se había hecho lo mismo con las señales de la Praza de Comandante Manso, donde se colocaron las que tienen la nueva denominación, Mártires de Carral, así como en Ruiz de Alda, donde se instalaron otras con el nombre de Luís Cordeiro. El primer cambio había sido el de las placas de la Rúa Teniente Coronel Teijeiro, donde hace dos meses se colocaron otras de hierro forjado y dedicadas a Lois Peña Novo.

La tardanza de casi un año en la sustitución de las placas de estas siete calles, que el gobierno local justifica por el cambio de mandato y los plazos en el proceso de contratación, había llegado a movilizar a los concejales del BNG, que colocaron pegatinas con la nueva denominación sobre las antiguas señales informativas.

El ejecutivo informó ayer de que la adjudicación del suministro de las placas se había hecho en febrero a través de un contrato menor por un importe de 6.800 euros. En total, se encargaron 18 rótulos de pared y 40 con poste. Una vez fue entregado el material, desde el Concello se explica que la brigada municipal de obras se encargó de la colocación de las nuevas placas y la sustitución de las anteriores.

El debate para este último cambio en el nomenclátor de la ciudad fue intenso durante casi todo el mandato anterior y fue preciso hasta un informe del entonces secretario municipal para dilucidar qué nombres estaban afectados por la Ley de Memoria Histórica. Finalmente, se constató que las dedicatorias a Cedrón del Valle, Ruiz de Alda, Carlos Azcárraga y a los hermanos Pedrosa no incumplían la legislación, a pesar de lo cual el gobierno presidido por José López Orozco decidió incluirlas en la lista de las calles a cambiar por considerar que no aportaron nada positivo a la ciudad y representaban a la represión y la falta de libertad.

FRAGA, SIN CALLE. Los que se libraron entonces de quedar fuera del callejero fueron Ramón Ferreiro y Ramón Montenegro, para quienes se había elegido los nombres de Reimundo de Borgoña y Manuel Fraga para sustituirlos. Ninguno de los dos estaba afectado por la Ley de Memoria Histórica, aunque en el primer caso el gobierno justificó que no hiciese el cambio por las peticiones realizadas por vecinos y comerciantes de la avenida, mientras que el expresidente de la Xunta se quedó sin calle dedicada en la ciudad porque el BNG consideraba que se trataba de un exministro franquista que llegó a «firmar sentenzas de morte».