No fue un entrenamiento como los de antes de la pandemia, pero ya empiezan a parecerse a la deseada normalidad. Después de una semana de actividad deportiva limitada a seis efectivos sobre el campo que solo permitía ejercicios individuales, el Club Deportivo Lugo arrancó el lunes con una nueva fase de trabajo en la que ya se permiten un máximo de diez futbolistas sobre el campo, una cifra que autorizó al equipo que dirige Curro Torres a familiarizarse, ya sí de manera colectiva, con la pelota.
La otra principal novedad es el cambio de localización de los entrenamientos. Si durante la pasada semana el Ángel Carro fue el centro de las operaciones y el lugar donde se inició esta atípica pretemporada dentro de la temporada, desde ayer -y durante toda esta semana- los jugadores se entrenan en las habituales instalaciones deportivas de O Ceao.
Desde las 8.30 horas fueron llegando los jugadores, que mantienen en todo momento las rigurosas medidas de protección que dictó la Liga hace diez días.
Al aumentar el número de máximo de futbolistas sobre el terreno de juego, las sesiones se dividen en tres turnos y se alargan hasta las 14.00 horas sin necesidad de que continúen por la tarde, como sí ocurrió durante la pasada semana.
Sin embargo, y según anunció el propio club, sí está previsto que el entrenamiento de este martes cuente con una sesión doble.
En el entrenamiento del lunes por fin se vieron imágenes que se pueden considerar tradicionales en este tipo de sesiones. Rondos, ejercicios de remate a portería y ensayo de situaciones de partidos fueron los protagonistas de el primer entrenamiento en grupo del equipo desde el pasado 13 de marzo.
