Una lucense da guerra al glifosato

Una mujer decidió intervenir para parar el uso en la carretera de Santiago de ese herbicida cuestionado por su gran toxicidad. Transportes alegó que su empleo es legal hasta 2022

Una lucense decidió este jueves hacer frente al uso de glifosato por parte del Ministerio de Trasportes y cruzó su coche ante la máquina que vertía el herbicida en la carretera de Santiago para impedir el avance de los trabajos.

Fue una acción espontánea, contaba Cristina Fontenla, que simplemente pasaba por allí y decidió actuar al ver los avisos de que se estaba usando un producto "nocivo e irritante". La mujer cerró el paso a la máquina y hasta el lugar tuvo que acudir la Guardia Civil, que comprobó los permisos de la empresa contratada por el ministerio para aplicar el herbicida, cuestionado desde hace años.

La lucense actuó al entender que el glifosato, además de contaminante, es ilegal. Sin embargo, la Unión Europea aún permite su empleo hasta 2022.

El carácter tóxico del producto sí ha llevado, en todo caso, al veto por parte de algunas administraciones. La Xunta, por ejemplo, decidió que no se use ese herbicida en las carreteras autonómicas y el Ayuntamiento de Lugo también decidió dejar de usarlo hace años en las vías locales.

Cristina Fontenla decía no poder entender cómo se permitía el uso en las carreteras estatales, cuando es un producto tóxico y que contamina acuíferos, remarcaba. Mientras en Holanda siembran flores en las cunetas, aquí echan veneno, se lamentaba.

Con los problemas del medio ambiente y en una situación como la actual, no se entiende que se use el glifosato y que el Ayuntamiento de Lugo no haga como otros gallegos y lo prohíba, alegaba la mujer tras ver los papeles de la empresa justificando que tenía todos los permisos precisos.

El Concello, en tanto, recalcó que no tiene capacidad para prohibir al ministerio el uso de ese herbicida en las carreteras estatales y destacó que no había autorizado el uso del glifosato, sino que solo recibió una comunicación previa en la que se avisaba del uso y ante la que no podía oponerse.

El Ministerio de Transportes alegó, por su parte, que "el método utilizado mayoritariamente para el mantenimiento de las márgenes de las carreteras es el de segado de hierba y desbroce por medios mecánicos".

Alegaba que, no obstante, "en determinados tramos estos medios no resultan seguros y es necesario recurrir a tratamientos mediante la aplicación de productos fitosanitarios con base en el glifosato, cuyo uso está debidamente autorizado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico".

Transportes agregaba que "según la resolución del Parlamento Europeo de 2017, la autorización del uso profesional de glifosato se ha prorrogado hasta el 15 de diciembre de 2022, con lo que su uso es legal. Además, se cuenta con las autorizaciones necesarias y maquinaria homologada". Varios tramos de vías lucenses muestran ya rastros evidentes de su uso.