Vecinos y hosteleros de la zona del Malecón de Sarria piden una solución «urgente» con la finalización de las obras del plan de encauzamiento del río en Ponte Ribeira. El proyecto se desarrolla en un entorno de gran significación histórica y cultural para el pueblo, de ahí la preocupación de los ciudadanos por el futuro.
Esta iniciativa supone una metamorfosis de la parte más relevante y conocida de Sarria, al afectar a tres puentes centrales. El que más quebraderos de cabeza da es el de Ponte Ribeira, paradas las obras desde hace meses por un presunto delito contra el patrimonio histórico. Tiene base medieval y se encuentra en pleno Camino Francés.
Es uno de los puntos claves de la localidad, por el que pasan a diario cientos de peregrinos. El hecho de permanecer cerrado perjudica el tránsito de los caminantes por la zona y esto deriva en una repercusión negativa a nivel económico para los negocios del entorno, según denuncian los vecinos.
Otro de los puentes reformados y ya finalizado es el de O Toleiro, cuya estética es cuestionada por muchos sarrianos. El tercer puente, el de la Rúa Calvo Sotelo, no será finalmente derribado si prospera la intención del Concello.
Estas remodelaciones generan disparidad de opiniones. «Estas obras no hacían falta, pues de haber inundaciones no serían por este cauce. Además, estamos muy mal informados», comenta un prejubilado. Una camarera de la zona cree también que falta información al respecto y se muestra de acuerdo con las obras «siempre y cuando sean beneficiosas para que no haya peligro de inundación».
Por su parte, un desempleado que suele frecuentar la zona opina que la anterior pasarela de O Toleiro «era mucho más bonita» y demanda que se coloque cuanto antes la nueva barandilla del paseo del Malecón. «En mi opinión están tirando el dinero con estas obras y deberían parar todo», manifiesta otro trabajador del sector de la hostelería.
Otro de los aspectos en que hacen hincapié los sarrianos preguntados es en la «lentitud» de las obras y varios de ellos también opinan que el cierre de los puentes, además de afectar al tráfico, supone también menos plazas de aparcamiento en la villa.
