Los servicios mínimos actúan en zonas con posibles problemas de salubridad

Los trabajadores que están realizando los servicios mínimos en la huelga de recogida de basuras de Vilalba retiraron durante este fin de semana una parte de la basura que se había acumulado en lugares que los inspectores de la Consellería de Sanidade consideraban propensos a provocar un problema de salud pública.

Fuentes de la Consellería de Sanidade informaron a EFE de que, coincidiendo con el inicio de la huelga en el servicio de recogida de basura, inspectores de este departamento autonómico activaron los protocolos correspondientes para controlar que el paro no llegase a generar un problema de salubridad.

Inicialmente, esos controles se realizaban cada dos o tres jornadas, pero superadas las dos semanas de huelga, Sanidade confirmó que empezaron a hacerse prácticamente diario, especialmente en lugares sensibles de la localidad, como en el entorno de colegios y guarderías o en las proximidades del centro de salud y de los supermercados.

Precisamente, aunque no detectaron de momento ningún problema de salud pública, a raíz de esos controles los inspectores de Sanidad pusieron en conocimiento del Ayuntamiento de Vilalba la existencia de trece puntos sensibles, donde la acumulación de basura podría acabar generando complicaciones.

Aunque en un primer momento, el responsable de la Federación de Servicios de la UGT, Manuel Lorenzo, que está ejerciendo como portavoz de los trabajadores, dijo que ese informe se guió más por criterios "políticos" que por parámetros "técnicos", para "lavarle la cara" a Vilalba antes de la feria anual del queso de San Simón, finalmente los servicios mínimos se concentraron en esos puntos.

En todo caso, aclaró que no fue retirada por completo la basura acumulada en esos lugares, porque los empleados que se están ocupando de los servicios mínimos "sólo tienen como herramienta sus manos" y se trata de un "trabajo duro".

Por otra parte, cuando se cumplen ya tres semanas de huelga, Lorenzo confirmó que nadie de la empresa se ha puesto todavía en contacto con los trabajadores para tratar de buscar una solución a este conflicto laboral y en las calles y la zona rural del municipio ya se acumulan unas 250 toneladas de desperdicios.

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