Los pequeños productores que cada martes y viernes acuden a vender a la plaza de abastos sus cosechas reclaman también espacio para vender sus productos durante el tiempo que esté cerrada la plaza de abastos.
El Ayuntamiento, dicen, ni siquiera les ha tenido en cuenta a la hora de diseñar la reubicación de los puestos y, a pocos días de que cierre la plaza, el gobierno no se ha puesto en contacto con ellos para darles una alternativa.
El número de afectados, aseguran, es importante, ya que cada día van a la plaza en torno a medio centenar de vendedores, y ese número suele aumentar según se acerca la Navidad, ya que crece la demanda de muchos de los productos que llegan frescos de las aldeas.
En la reunión celebrada el lunes con los placeros para organizar el traslado de los puestos se ignoró complatemente su situación, denunciaron ayer, a la vez que recalcaron que ellos también pagan una renta fija por los puestos de la plaza. «Pagamos en torno a diez euros al mes por la reserva del puesto y luego uno o dos euros cada día que acudimos a vender. Cada día nos cobran una cantidad variable, en función de lo que trae cada vendedor», explicaron.
Los vendedores que se establecen en la plaza reclamaron ayer una solución inmediata para que puedan seguir vendiendo. Sin embargo, el Concello aseguró que, efectivamente, no hay todavía una alternativa diseñada para asegurar que los productores puedan mantener su actividad. El organismo sostiene, no obstante, que la edil Ana Prieto está estudiando alternativas.
Los afectados sostienen que no pueden vender en la calle los productos que ofertan habitualmente, y que van desde verdura a pan, quesos o flores.
Extendieron también la duda de que el cierre de la plaza acabe afectando a los productores que venden los martes y los viernes en el Mercado, dado que el Concello pretende llevar allí a los pescaderos y carniceros de la plaza de abastos.
