El poblado de O Carqueixo cumplió en Navidad veintidós años. Las viviendas, para ser exactos, porque ciudadanos de etnia gitana empezaron a llegar al lugar en los años sesenta. Durante mucho tiempo vivieron en chabolas, hasta que el Ayuntamiento y la Xunta construyeron 40 pequeñas casas. El Concello mantiene desde hace años una ofensiva contra el poblado, echando encima la piqueta de cada vivienda que sus inquilinos iban dejando libre cuando se trasladaban a la ciudad. Y en ese afán de ir reduciendo el caserío, ayer operarios municipales derribaron nueve alpendres de madera y plástico que varias familias habían levantado para guardar animales y chatarra, fundamentalmente.
Los propietarios ya habían recibido varios avisos para que desmontaran las construcciones y, como no fueron atendidos, el Concello procedió a demolerlos. Los trabajos estaban previstos para primera hora de la mañana, pero se retrasaron porque los propietarios alegaban que no habían recibido notificación. La demolición fue realizada con ayuda de una pala retroexcavadora y bajo vigilancia policial.
Intervención de los bomberos
El día fue agitado ayer en O Carqueixo. A primera hora de la mañana se vivieron escenas de tensión por el derribo de los alpendres y a mediodía tuvieron que acudir los bomberos a apagar un fuego prendido en parte del material demolido por la mañana.
