Los ladrones de un bar de Lugo se recochinean

Un cómplice deja una pintada en una puerta con las cuentas del dinero robado días antes
Las cuentas hechas por los cacos. EP
photo_camera Las cuentas hechas por los cacos. EP

No solo sintió impotencia por el cuantioso botín del hurto sufrido, sino que además dos días después fue víctima de la burla impune de los autores que cometieron esa sustracción.

En la tarde del pasado lunes, a plena luz del día, dos jóvenes hurtaron unos 6.000 euros, mediante la técnica del descuido, en un bar de la Rúa García Abad de la capital lucense, según la denuncia que presentó su propietaria en la comisaría de la Policía Nacional.

Cuando la afectada todavía no se había repuesto de ese mazazo, 48 horas después tuvo que volver a tragar bilis porque un presunto cómplice de los ladrones dejó una pintada en una de las puertas del aseo de caballeros del establecimiento con las cuentas del botín del hurto.

Ese burlesco acto vandálico tuvo lugar el pasado miércoles por la tarde, prácticamente a la misma hora en la que los dos jóvenes habían cometido la sustracción el lunes. Cuando se encontraba sola en el bar la propietaria, entró un cliente, que pidió un café. Se sentó al lado de la barra y lo tomó. Al poco rato fue al aseo. Regresó, pagó y se marchó.

Policías tomaron muestras de la puerta en la que está la pintada y revisarán las imágenes de las cámaras de videovigilancia de la zona

Pero ese individuo aún tuvo los arrestos de quedarse delante de la puerta del establecimiento de hostelería hablando por el teléfono móvil. La afectada no descarta que su interlocutor pudiese ser uno de los ladrones y que le estaba comunicando que "ya había hecho el trabajo", como si de un sicario se tratase.

Ese supuesto trabajo por encargo consistía en dejar a la vista en una de las estancias del bar, para escarnio de la víctima, una suma aritmética pormenorizada del dinero que había sido sustraído 48 horas antes. Solo uno de los cuatro sumandos no coincide. Según la denuncia presentada por la afectada a la Policía Nacional, el botín ascendió a 6.000 euros, no a 4.000.

Ese importe era la suma de los ingresos obtenidos por la venta de lotería para el sorteo extraordinario de Navidad y el dinero que su dueña tenía destinado a pagar la extra de los empleados, entre otros conceptos.

PESQUISAS. Agentes de la Policía Nacional han tomado muestras en la puerta en la que se hizo la pintada y revisarán las imágenes grabadas por las cámaras de videovigilancia que tienen establecimientos que se encuentran en esa calle para comprobar si aparecen los dos ladrones del lunes y el supuesto sicario del miércoles.

Los autores del hurto no eran clientes habituales, pero sí llevaban unos tres o cuatro días acudiendo al local, probablemente para averiguar dónde guardaba el dinero.

Los ladrones aprovecharon que la dueña fue al almacén, que está en el propio local, y que no había más clientes para hacerse con la cartera que tenía escondida, en donde estaba el cuantioso botín. No tocaron la caja registradora.

Este tipo de hurtos mediante la técnica del descuido está proliferando en las últimas semanas en bares de Lugo.