Los jóvenes de Chantada recuperan la pandereta y los cantos de taberna

Cada vez son más los que aprenden a tocar para participar activamente en las fiestas populares

La comarca de Chantada vive un especial resurgir de los cantos de taberna, las foliadas y los grupos de pandereteiras gracias a la alta participación de la gente joven del entorno que, contagiada por el ambiente que generan en otras zonas de Galicia, ha querido traer a su zona lo mejor de la tradición de la comunidad para recuperar la festividad de este tipo de reuniones tan propias.

Los protagonistas de este auge en la comarca chantadesa concuerdan en que el boca a boca a nivel autonómico ha sido clave en este crecimiento de la tradición musical gallega. "La gente ve que somos grupos de amigos que nos lo pasamos muy bien, que es un ambiente diferente y que hay otras maneras de disfrutar y entrar en contacto con la gente de tu zona", asegura María Ratón, del grupo de pandereteiras Searas. Esta formación musical nació hace 15 años, pero hace cuatro recuperó su actividad. "Esto es algo que está ocurriendo en toda Galicia. Los cantos de taberna son una manera distinta de participar y de pasárselo bien. Es normal que la gente quiera formarse porque ve que el ambiente es fantástico", apunta una de las ocho pandereteiras de Searas.

Uno de los centros que forman en el arte de la pandereta es la Agrupación Folclórica Suasairas, que dirige Mario Álvarez. Este año cuentan con 40 alumnos en esta materia, de los cuales seis de ellos son niños. "Sí que es verdad que se nota un crecimiento respecto a otros años. Nosotros damos clases de baile tradicional y de pandereta. Así como el baile mengua cada año, las matrículas en pandereta crecen cada curso", reconoce. La agrupación Suasairas pertenece a la Escola de Música e Danza de Chantada y comenzó su andadura en 1985. "Llevamos seis años enseñando a tocar la pandereta. La gente ve que es una reunión festiva, animada y que ayuda a conocer y recuperar cultura popular".

LA TRADICIÓN. Este afán por rescatar la tradición gallega en zonas interiores es determinante en esta significativa situación. Lo asegura María Suárez, del grupo Chorimas de Chantada. Esta formación inició su camino hace un año. "Sé tocar la pandereta desde que era pequeña, pero había gente que quería aprender y decidimos montar Chorimas", apunta. Según ella, este impulso nace en Santiago, donde este tipo de reuniones son más comunes.

"La gente entra en contacto, hoy en día es muy fácil, y aprende tradiciones que son nuestras, pero que estaban aparcadas. Por eso quieren traerlas a su zona, para vivir con los suyos lo que ven en otras partes de Galicia", señala.

El Castañazo Rock ayuda a recuperar esta cultura tradicional fomentando los cantos de taberna. Durante los tres últimos años, el grupo Punkdereteiras ha sido uno de los fijos en el cartel.

"Versionamos cancións de Alaska. Mezclamos tradición con outras músicas para darlle unha volta e animar a xente a participar". El resultado no puede ser más esperanzador.

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