Los gorrillas del Hula amplían negocio y ayudan a los enfermos a su llegada

Un gorrilla, ayudando ayer a una mujer a su llegada al Hula. (Foto: J.M.F.)
photo_camera Un gorrilla, ayudando ayer a una mujer a su llegada al Hula. (Foto: J.M.F.)

Los gorrillas que acuden cada mañana al Hula no parecen dispuestos a dejar el negocio. Es más, algunos idearon nuevas formas de ganarse la limosna de los ciudadanos y se ofrecen para ayudar a los enfermos y esperar con ellos a las puerta del centro, mientras que sus familiares buscan aparcamiento.

Con darse una simple vuelta por delante del centro se puede observar que las funciones de los gorrillas -cada día más- están perfectamente organizadas.

Su ‘modus operandi’ consiste en que mientras uno se encarga de ayudar al enfermo, un compañero busca sitio para que sus familiares dejen el vehículo. Al parecer, el conductor es el encargado de darle la voluntad al gorrilla que le facilitó el estacionamiento, quien supuestamente reparte los beneficios con el que ayudó al enfermo.

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