Blog | El periscopio

Lo comido por lo servido

NO SÉ A USTEDES, pero a mí no me ha sorprendido nada que el resultado de la investigación realizada por varios técnicos municipales sobre el grado de cumplimiento del contrato por parte de la concesionaria del abastecimiento de agua y saneamiento de Monforte, la firma Aqualia, haya dado un resultado negativo para el Ayuntamiento, en concreto 41.551 euros que, dicen, se le adeudan a esta empresa. 

Llegar a esta conclusión, a esta cifra, ha sido relativamente fácil. Los funcionarios municipales sumaron, por un lado, las inversiones realizadas por Aqualia desde el año 2001 y, por otro, las que tendría que haber hecho y no ejecutó. Una sencilla resta entre ambos conceptos arrojó como resultado que debe en obras 1.671.671,22 euros. En cuanto a las obligaciones municipales hacia esta empresa, estas consisten en garantizar, como en cualquier concesión administrativa, el equilibrio económico de la misma. Desde hace 13 años el precio del agua en Monforte no ha subido ni un céntimo aunque fuese obligatorio llevar a cabo un ajuste anual conforme al Índice de Precios al Consumo, el famoso IPC. El resultado también ha sido fácil de hallar. Multiplica por aquí, divide por allá, suma y finalmente resta y se obtiene la cantidad de 1.713.222,33 euros a favor de Aqualia. 

En resumidas cuentas, lo comido por lo servido, como se suele decir. Por ello, el secretario del Ayuntamiento monfortino concluye que lo mejor es llegar a un acuerdo amistoso con la concesionaria en forma de ni para ti ni para mí. Borrón y cuenta nueva, que podríamos decir. 

El Ayuntamiento le debe a Aqualia y esta a la administración, dando como resultado cero

Los técnicos han hecho su trabajo. Ahora le toca hacer el suyo a los políticos, pero ya veremos si son capaces, algo que pongo en seria duda si atendemos a lo sucedido a lo largo del 2014, cuando aquellas famosas comisiones municipales que se montaron para investigar el grado de cumplimiento del contrato por parte de Aqualia y a la vez para dilucidar si se había dado algún tipo de responsabilidad política por no poner en cintura a la empresa. Sumas y restas y obtienes como resultado cero, pues esas reuniones de los portavoces de los partidos políticos no han servido, que se sepa, para nada. 

Decía hace un momento que ahora le toca el turno a nuestros representantes municipales. Tendrán que decidir si están de acuerdo con las conclusiones numéricas de los técnicos y aquí es donde radica el problema, pues la política solo entiende de matemática en caso de sumar concejales o diputados para conformar una mayoría absoluta que permita gobernar. 

Los números son los que son y las cuentas están claras, pero la interpretación que cada grupo haga de ellas es lo importante. El equipo de gobierno de Monforte, del PSOE, parece estar de acuerdo con los datos aportados por los técnicos y con la recomendación realizada por el secretario municipal. El PP exige una investigación más profunda, no dándose enteramente por satisfecho con los números. Por su parte, el BNG indicó que no acepta los atrasos que le pertenecen a Aqualia por el IPC y ninguna subida del precio del agua, como tampoco ninguna solución que no pase por que la empresa cumpla con sus compromisos. 

Esto último no deja de ser curioso. Los nacionalistas dispusieron de doce años como equipo de gobierno para hacer lo que ahora reclaman, pero durante ese tiempo se dedicaron a hacer la vista gorda. 

En resumidas cuentas, no habrá acuerdo municipal y el caso, en su conjunto, acabará en manos de los tribunales. En realidad, parte de él ya está, pues hay varias demandas judiciales de Aqualia contra el Ayuntamiento exigiendo lo que cree que se le debe. 

El proceso será largo, pero finalmente habrá un veredicto. El resultado, después de sumar y restar, no será lo comido por lo servido, sino que acabará siendo el Ayuntamiento el que tendrá que pagarle a Aqualia bastante más que esos 41.551 euros.

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