Los propietarios de inmuebles vacíos suelen optar en la capital lucense por tapiarlos para evitar que sean allanados. Pero hay otra alternativa, instalar las llamadas puertas antiokupas. Eso es lo que ha sucedido esta semana por primera vez en el epicentro de este problema en la capital lucense, Camiño Real, en el barrio de A Milagrosa. El número 126 de esta calle, en el que dos perros abandonados fueron rescatados la semana pasada por agentes medioambientales, ya cuenta con una de ellas.
En este caso es una plancha de acero, que cuesta unos 1.000 euros, que va anclada con bisagradas a la fachada, cubriendo íntegramente el acceso al inmueble. No tiene manilla, solo una cerradura especial.
Estas puertas no pueden ser manipuladas desde fuera, ni tampoco desde dentro, en el caso de que algún okupa consiga saltar el cerco.
El llamado banco malo, la Sareb, suele recurrir a estas planchas metálicas en las viviendas que desahucia judicialmente, como hizo por ejemplo a mediados de este año en media docena de pisos en la Rúa San Eufrasio.
El número 126 de Camiño Real lleva tres años con molestos inquilinos. Su dueño está a la espera de que la Audiencia Provincial de Lugo resuelva el recurso que presentó contra la sentencia que absolvió a la pareja que residía en el inmueble sin permiso de la propiedad.
El inmueble presenta cuantiosos daños. Está lleno de basura y de heces porque los perros rescatados llevaban meses viviendo en él, sin salir a la calle.
La propiedad pretende solicitar licencia de obras al Concello de Lugo para acometer las obras más urgentes, pues hay elementos en la fachada y en la cubierta que pueden correr el riesgo de desprenderse.
