A pesar del impacto que supuso la bajada de turistas por el Covid-19, todavía quedan unos pocos que ayudan a impulsar la hostelería en la provincia. Los visitantes la consideran una de las más seguras e higiénicas de toda España, donde la gente es muy consciente de la situación que hay.
Así lo comentan, entre otros, la pareja valenciana, Jesús Velarde y Consuelo Matoses, que aseguran no temer al virus, y menos en Lugo. "Las normas se respetan más aquí que en Valencia, sobre todo en los bares, restaurantes y hoteles. Hay una limpieza constante que nos da mucha seguridad y poca gente por la calle", cuenta Jesús.
Esta pareja está haciendo un tour por toda la provincia. Comenzaron por la Ribeira Sacra y acabarán en unos días por A Mariña. De esta forma, notan la distinta afluencia de turistas que hay entre comarcas, apuntando que por la zona sur de la provincia vieron una alta presencia de "turistas locales y nacionales", dice Consuelo, sin rastro de extranjeros.
"En el Castillo de Pambre nos comentaron que hubo mucho movimiento de turistas locales y nacionales, más que otros años, pero casi ninguno extranjero", afirma la valenciana. "También tenemos que decir que nosotros no vimos ninguna persona de fuera porque vamos por nuestra cuenta, en pareja y sin relacionarnos con nadie".
Aunque haya pocos, Lugo sí fue visitado por algunos turistas de otras nacionalidades que vienen con altas expectativas de la ciudad. La francesa Blandine Alves, acompañada por su pareja, ve más seguridad aquí que en su país. "No tuvimos información de que no podíamos venir. Todo el mundo lleva mascarilla y hay poca gente", añade.
Blandine Alves:"Preferimos acampar para evitar el contacto con otra gente y anular reservas"
Ambos hicieron una larga trayectoria, desde Santander hasta Lugo, acampando en diversas puntos de las tres comunidades. "Viajamos mucho y preferimos acampar para evitar el contacto con otra gente, además de por el miedo a los contagios y que tengamos que anular las reservas en algún momento" -sostiene Blandine- "no queremos que se fastidie el viaje porque haya rebrotes en la zona que estemos visitando".
Por su parte, Yamilka Quezade, de República Dominicana pero que vive actualmente en Salamanca, está pasando desde el sábado, junto a unos familiares, unos días en Lugo. "No temo a viajar siempre que en la ciudad que voy se tomen las medidas de distanciamiento y se utilice la mascarilla", explica.
La salmantina de adopción, además de estar por la ciudad, también visitó algunos pueblos cercanos. "Lo vi todo muy seguro, pero también un poco vacío de turistas. Los bares y restaurantes están llenos de gente del lugar, y eso se ve desde fuera. Aunque sean muy precavidos, la gente sigue teniendo miedo al coronavirus", destaca.
