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Lena Dunham y Woody Allen

Título: Girls 
Creadora: Lena Dunham
Reparto: Lena Dunham, Allison Willliams, Adam Driver
Cadena: HBO, Movistar +
Calificación: 3/5 

QUÉ ME gusta de ‘Girls’. Que Lena Dunham tiene gracia y sabe lo que quiere reflejar y sabe el efecto que quiere conseguir cuando escribe los guiones. Las situaciones y los diálogos funcionan y la serie no necesita mucho más. Es una idea bien concebida que se ha convertido en un producto de éxito inmediato. Parece que la sexta temporada será la definitiva. La HBO puede estar contenta. Qué no me gusta de ‘Girls’. Que ya no tengo veinte años. Puede que esto no sea culpa de la serie pero, qué quieren que les diga, tampoco es mi culpa. Es el azote del tiempo el que habla. 

Es evidente que ‘Girls’ está pensada para un segmento de población muy muy concreto y que, una vez definido el marco, ni los temas ni las historias se salen de ahí. Esa perfecta delimitación argumental es una alabanza para su creadora, que utiliza el humor irónico para exponer arquetipos, aprovecharlos al máximo y provocar la risa. Esa misma visión ha servido a los detractores de la serie para atacarla. Han ido al meollo de la cuestión. 

Hablemos ahora de las comparaciones. Han equiparado a la protagonista con Louis C.K. y su serie ‘Louie’, ya comentada en este espacio, con ‘Sexo en Nueva York’ –en otra franja de edad– y hasta con la capacidad de crear diálogos de Woody Allen. En este preciso momento soy capaz de advertir las similitudes con las dos primeras y por lo tanto, admitir una semejanza, sin embargo, con Woody Allen, jamás. Salvo… quizás, la facilidad de ambos para despertar amores y odios a partes iguales. 

¿Por qué me parece que se puede hablar de un mismo concepto en ‘Girls’, ‘Louie’ y ‘Sexo en Nueva York’? Porque todas reflejan un mundo. No exactamente el mundo. No exactamente la humanidad. Solo un mundo. El suyo, el que conocen, con el que se identifican. Ponerse a contar las cosas desde esa perspectiva, es decir, situarse ahí para ya no moverse más, significa tener una visión parcial que no tiene por qué no ser también graciosa. Y como lo es, pues todos –o casi– contentos. Lo que puede ocurrir, por otra parte, es que el asunto se acabe agotando. Porque si no te desplazas un poco, te giras, te sumerges, inesperadamente, en otro entorno, tal vez te acabes repitiendo. Y eso resulta aburrido. Hasta para los espectadores que tienen la misma edad que las protagonistas. Woody Allen, aún definiendo claramente al tipo neoyorquino intelectual, aún acuñando un universo personal e identificable, de lo que está tratando de hablar es del mundo, del ser humano en el mundo, partiendo, eso sí, de su propio ámbito, de su entorno conocido. Puede que sea parecido, que no es igual. Son dos enfoques que marcan dos líneas que, a su vez, se acaban separando. Una tiene fecha de caducidad. La otra no. Una se diluye, la otra se suele afianzar. 

A los veinte años me apasionaba Woody Allen aunque no me identificara con su personaje. Era pura empatía, no debida a un reflejo de mi persona, sino a una afinidad con su humor y a la reflexión que venía detrás del chiste. Con ‘Girls’ podía haberme ocurrido también, pero no me sucede porque lo que busca la serie sí es la identificación de todos los rasgos definidos por la edad y por el contexto. Y justamente por eso, la empatía desaparece. Ya no me interesan los mismos temas, ni me preocupan las mismas cosas, ni me siento igual. Tan alejadas están de mí como ‘Louie’ o como Carrie & Co. 

¿Cuestión de gustos? Por supuesto. Pero también cuestión de perspectivas. Con todo, considero un valor nada desdeñable a Lena Dunham, que desde 2012 lleva haciendo ella solita una serie que ha dado la vuelta al mundo. Y ella sí que tiene veintitantos.  

Vamos ya a por el tercero  

Chus Cano, la presentadora de ‘De rastros con Chus’, se acuerdan ¿no?, tiene otro programa. Ay, no saben qué alegría. Se llama ‘Reciclarte’ y como ella es así, de una fruslería te saca una joya. Y lo que aprendes. Después vas tú haces lo mismo y bueno, igual no te queda, pero al menos lo intentaste. Y eso para la autoestima es lo más. Ahora ha escrito un libro titulado ‘Reciclarte’. Pues muy bien, hay que aprovechar el tirón. Yo ya estoy esperando el lanzamiento de ‘De rastros’.

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