Mirian Vázquez, el legado de su eterna sonrisa

Sus amigas más cercanas, un compañero del Breogán y su oncóloga destacan la fuerza de Mirian Vázquez Pérez en su lucha de once años conta el cáncer y sus inagotables ganas de vivir

Mirian Vázquez. EP
photo_camera Mirian Vázquez. EP

LUGO. Vida, lucha, fuerza... pero también alegría y aprendizaje, sobre todo aprendizaje, esa fue la palabra más repetida ayer por todos aquellos que -además de sus padres- formaban parte del círculo de amigos más próximos a Mirian Vázquez Pérez, que será despedida hoy, a partir de las cinco de la tarde, en un funeral que se celebrará en la iglesia de Albeiros.

Pepe Baamonde conoció a Mirian hace tres años en el Hula. Ambos entraron en contacto porque Pepe también tuvo un cáncer del que consiguió recuperarse aunque todavía se somete a revisiones periódicas. A raíz de ese encuentro en una consulta, surgió una amistad en la que Pepe acabó involucrándose en la asociación puesta en marcha por Mirian y sus padres, Somos Unidos por el Cáncer. Más tarde el destino también los uniría en el Breogán, donde Pepe es coordinador de pista y Mirian se encargaba de las redes sociales. «Desde a primeira vez que a vin, atopei en Mirian unha rapaza moi alegre, con moita forza para loitar, moi especial», recuerda.

PEPE BAAMONDE, AMIGO «Amigo y compañero Ensinoume a palabra loitar e, desde entón, utilízoa sempre cando falamos do meu cancro, que é loitar, loitar, loitar»

Pepe la vio por última vez con vida el pasado viernes, cuando el estado de salud de Mirian ya era bastante delicado puesto que comenzaban a aparecer signos de una infección para la que no tenía defensas. «Estaba animada e contaba con saír esta semana do hospital. É máis, púxose a buscar un vóo para viaxar a Manresa e ir ver o próximo partido do Breogán. Cando nos despedimos, díxome que xa nos veríamos no partido», apunta.

BEGOÑA CAMPOS ONCÓLOGA «Los del otro lado de la mesa deberíamos aprender de ella y nunca abandonar nuestra sonrisa. Una sonrisa vale más que diez ansiolíticos»

ONCÓLOGA. Mirian la bautizó la Doctora Amor. Begoña Campos se convirtió en la oncóloga de cabecera de Mirian cuando esta cumplió los 18 y tuvo que dejar el hospital Ramón y Cajal, en Madrid, por su mayoría de edad.

«Su madre, llena de desesperación ante esta noticia, llamó al servicio de Oncología del Xeral y, casualmente, cogí yo el teléfono. Me contó el caso y le dije que la trajese a consulta. Con el tiempo, nos hicimos muy amigas y la amistad se extendió a nuestras familias. Tanto es así que Mirian era la «madrina adoptiva» de mi hija de 10 años. Surgió entre nosotras una gran empatía y el caso es que no buscas hacerte íntima de un paciente porque eso duele cuando pasa algo así y te quita objetividad en el tratamiento, pero nunca me arrepentiré de esa amistad. Aprendí mucho con ella», cuenta su doctora.

Begoña se encontró con una paciente que siempre quiso saber la evolución de su enfermedad. Incluso se enfadaba si no se le contaba todo. «Nunca permitió que nadie la engañase. Ella quería tomar todas las decisiones sobre su enfermedad», añade.

La doctora descubrió en Mirian una paciente llena de fuerza que, además, supo aprovechar todos los instantes que la vida le permitió. «Siempre era ella la que nos daba fuerzas. Otra cosa admirable era que el tiempo que ganó lo supo disfrutar. Se sacó su carrera, viajó, consiguió un trabajo... Por mi consulta, vi a mucha gente fuerte pero tanto como ella, no. Mirian convivía con su enfermedad y a todo le encontraba el punto bueno», afirma.

YAIZA BOTONA, AMIGA «Pateamos Barcelona juntas este verano y sacó fuerzas no se sabe de dónde. Me enseñó lo que es luchar y sonreír»

AMIGAS. Yaiza Botana, Claudia Edrosa y Sara Veiga son algunas de las amigas más cercanas de Mirian. Yaiza la conoció cuando ella tenía 6 años y Mirian, 10. Por aquel entonces, aún no se le había diagnosticado el cáncer pero Mirian ya era como siempre fue: «Alegre y positiva», recuerda. «Cuando se fue a Madrid, hablábamos por Skype y siempre tenía una sonrisa», añade.

SARA VEIGA, AMIGA «Fui con ella a las primeras fiestas a ver a la Panorama. Ella nos enseñó a vivir la vida a tope y a disfrutar cada minuto»

Sara guarda de ella el recuerdo de la primera vez que la conoció, en el cumpleaños de Yaiza cuando, llena de valentía, les pidió permiso a las otras niñas para quitarse el pañuelo de la cabeza y mostrar su calva sin complejos. Las niñas se lo permitieron y ahí comenzó una gran amistad.

CLAUDA EDROSA «Amiga Aprendí con ella a relativizar problemas y a aprovechar las oportunidades de la vida»

Claudia la conoció con 18 pero su amistad se estrechó con Mirian en los últimos años. De Mirian le quedó lo que a los demás: sus ganas de vivir. Como el resto de la gente, Claudia asegura que su amistad con Mirian le supuso un gran aprendizaje al ver en ella una mujer luchadora que nunca quiso desperdiciar ni un solo segundo de su vida.

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