JUNTAR en un solo perfil de Instagram a Gollum, Jennifer López, Pablo Motos y Winnie The Pooh es algo que solo podría conseguir Le Petit Patito. La ilustradora ourensana acumula casi 50.000 seguidores en su cuenta, donde comparte dibujos y diseños para reírse —y de paso criticar— la vida y el amor moderno que la gente comparte en las redes sociales. Además, acaba depublicar su primer libro de ilustraciones, No me regales bombones, donde prosigue la línea feminista y anticapitalista que la caracteriza.
Sus ilustraciones trabajan con una profunda ironía y humor ácido. ¿Esa actitud empieza por el nombre aparentemente dulce Le Petit Patito?
Viene de mi apellido Pato, que en Galicia es común pero fuera llama la atención. Sonaba bien, no tiene mucha filosofía detrás.
Aunque es arquitecta de formación, acaba de publicar un libro de ilustraciones. ¿De dónde nace esta vena artística?
Surgió de manera natural. Durante la carrera toqué muchos campos y la ilustración era una herramienta que utilizaba todos los días. Al final, dibujar lo tienes que hacer quieras o no, y a mí se me juntó con que, además de que me gusta, contaba cosas mediante la ilustración. Empecé a publicar en redes sociales y en vista de que tenía éxito, comencé a diseñar en paralelo mientras estudiaba. Desde aquí surgieron los primeros trabajos.
¿Es una recopilación de Instagram o habrá cosas nuevas?
Hay contenido exclusivo y otro que he redibujado para actualizarlo. Veo muchos libros de ilustradores que, al final, son como un álbum de sus trabajos. Está muy bien, pero quise buscar un hilo conductor y contar una historia con varios capítulos, algo que tenga más o menos un principio y un final. Aunque no deja de ser un libro de ilustraciones por esto.
Viendo su perfil de Instagram, ¿cuál diría que son los enemigos de Le Petit Patito?
Enemigos no hay pero se critica mucho a la gente rancia y básica.
¿Qué situaciones le inspiran para diseñar con rabia y humor?
Cuando algo se hace viral durante dos o tres días, y la gente hace retos, es todo lo que aparece durante 72 horas y al final te aburres. Te llaman hater, pero es que no te queda otra.
La serie Compañeros, Golum o Jennifer López son algunos de los protagonistas de sus diseños, ¿por qué escoge estos personajes?
Bebo mucho de la cultura popular y el comportamiento de la gente de mi edad, sobre todo en mi entorno y en las redes sociales.
¿Cuál es su ilustración favorita de las que ha hecho hasta ahora?
Del libro la que más me gusta es una caricatura sobre cómo conseguir un contrato indefinido.
Me censuro muchísimo. Si fuera para mí y para mi entorno sería más explícita
¿De qué vive una ilustradora? Las redes sociales parecen ofrecerlo todo gratis.
Hay que hacerse valer. Al principio se hace difícil. Reconozco que cuando eres nuevo en este mundo y te dicen lo que cuesta una obra original o una personalizada, te parece caro. Hay que hacerse valer porque, si no, le haces un flaco favor a los demás del gremio y a ti misma finalmente. No hay que tirar los precios.
Sus ilustraciones son feministas y anticapitalistas, además de tener bastantes lecturas. ¿Siempre han sido así?
Fui peor. Me censuro muchísimo. Si fuera por mí y el producto fuese para mi entorno sería todavía más explícita. Lo envuelvo todo con humor que no hiera sensibilidades porque me siento cómoda y es un mensaje que, siendo un poco amable, entra mejor.
¿Cuáles son sus figuras referentes del sector de la ilustración?
Me encantan ilustradoras como Berta Vázquez y La Prados.
Usted es de Ourense, ¿cómo ha influido Galicia en su obra?
Me dicen que tengo retranca, supongo que es algo con lo que se nace. Sabemos reírnos mucho de nosotros mismos.
También ha colaborado diseños para la marca Vazva y para Netflix. ¿Qué otros proyectos tiene a la vista?
Tengo abierto el diseño del cartel del festival Loro Facu de A Coruña, que organizan las chicas de la marca de ropa Nicanora, con la que también colaboro. Estoy haciendo merchandising para bandas. Soy alguien de a corto plazo.
