La Xunta, obligada a pagar a industriales de As Gándaras ayudas que les negaba

El Tribunal Económico reconoce el derecho de los que han comprado las parcelas en el polígono a una bonificación del 50% en el impuesto de Transmisiones, aprobada por el Gobierno gallego y de la que solo se beneficiaba Xestur

Polígono de As Gándaras. SEBAS SENANDE
photo_camera Polígono de As Gándaras. SEBAS SENANDE

El Tribunal Económico Administrativo Regional de Galicia acaba de reconocer, en un dictamen firme, el derecho de los empresarios que adquirieron parcelas en el polígono industrial de As Gándaras a los beneficios fiscales que la Xunta había aprobado por ley y anunciado dentro del plan de dinamización de Lugo, y que hasta ahora solo estaban favoreciendo a la propia Xunta, que es la promotora del polígono a través de la empresa de gestión del suelo Xestur.

El dictamen, según informó la abogada del despacho de Iuristabog Virginia Dilla de la Lastra, es firme y afecta a las bonificicaciones del 50% en el impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados. Esta bonificación fue aprobada por la Xunta mediante un decreto legislativo en 2011, dentro de su Plan de Dinamización Económica de Galicia previsto para las áreas de la Costa da Morte y de Dinamización Prioritaria de Lugo y Ourense.

En resumen, cuando alguien adquiere una parcela en el polígono de As Gándaras, tiene que liquidar el impuesto de Transmisiones, que es del 1,5% del importe total de la compra. Para fomentar la venta de las parcelas en ese polígono, una de las medidas que se anunciaron fue la bonificación del 50% en dicho impuesto. El artículo en cuestión dice textualmente: "En cuanto al gravamen gradual sobre actos jurídicos documentados, se establece una bonificación del 50% de la cuota respecto a los actos y contratos que contengan transmisiones de terrenos para la construcción de parques empresariales y las agrupaciones, agregaciones, segregaciones o declaraciones de obra nueva que se realicen sobre fincas situadas en los mismos".

Sin embargo, según la letrada que ha llevado el caso, hasta ahora se les ha venido negando ese derecho porque la propia Consellería de Facenda interpretaba que los empresarios en realidad están comprando terrenos ya urbanizados, y que eso solo era aplicable para la promotora de la urbanización. Es decir, la propia Xunta a través de Xestur.

INTERPRETACIÓN PERVERSA. Sin embargo, gracias al recurso interpuesto por Dilla de la Lastra en nombre de uno de los empresarios asentados en As Gándaras, el Tribunal Económico Administrativo ha enmendado la plana a la administración autonómica, que defendía "una interpretación perversa totalmente subjetiva sin rigor ninguno".

Así lo entiende también el tribunal, que ha determinado que se trata de la transmisión de un terreno en el que en propio documento público en el que se formaliza la operación con Xestur se establece "la obligación del comprador de solicitar licencia de edificación y de edificar la parcela... de donde se desprende que la transmisión del terreno tiene como finalidad la construcción del parque empresarial". Por ello, anula la resolución de Facenda que rechazaba aplicar la bonificación al industrial y obliga a su aplicación.

Se trata de un dictamen que ya no puede ser recurrido y que ha de ser aplicado a partir de ahora en todas las parcelas de la fase actual y de las próximas que se vendan. Pero, además, Dilla de la Lastra opina que abre la puerta a que reclamen su devolución todos aquellos que han comprado parcelas con fecha posterior a ese decreto de 2011, lo que podría suponer unos cien beneficiados.

En total, entre las parcelas ya vendidas y las que quedan por comercializarse la cantidad podría acercarse al millón de euros. Hay que tener en cuenta que en el caso de las parcelas más pequeñas y las que más se han vendido, las de 600 metros cuadrados, esta bonificación sería de 600 euros. Pero la cantidad se incrementa proporcionalmente en función de tamaño de las parcelas, por lo que por ejemplo las de 10.000 metros tendrían derecho a una bonificación de 5.500 euros y las más grandes —hay una firma de deportes que ocupa 33.000 metros— casi a 20.000 euros.

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