La Xunta descarta usar por ahora un camión para sacar arena en la muralla

La administración ha tenido que descartar esa opción, al menos para los dos primeros cubos, porque era inviable técnicamente
Trabajos de restauración en un cubo de la muralla
photo_camera Trabajos de restauración en un cubo de la muralla

Aunque la previsión inicial de la Xunta era recurrir, por primera vez, a un camión para absorber la arena de los cubos de la muralla que se van a restaurar, la administración ha tenido que descartar esa opción, al menos para los dos primeros, porque era inviable técnicamente.

Según fuentes autonómicas, después de realizar la preceptiva cata para comprobar de qué materiales estaban compuestos, se constató que uno de ellos no dispone de ningún relleno al estar hueco y, por tanto, los trabajos se ceñirán a la compactación, sin que sea necesario vaciarlo.

En el cubo contiguo, en el que todavía no se ha iniciado la intervención, tampoco se podrá recurrir a esta solución porque el interior incluye arena y hormigón. Tal como explicó la Xunta, emplear el camión podría dañar la estructura al estar presente este material en el interior de la construcción.

Por ello, se ha desestimado utilizar este vehículo, que podría acortar el tiempo de intervención en un mes, en los cubos LXX y LXXI, situados en el entorno del edificio administrativo de la Xunta y a cuya restauración se destinan 218.000 euros.

En una segunda fase se llevará a cabo la recuperación del LXXX, en las inmediaciones de San Fernando, y del XIX, en las proximidades de Porta Miñá. Con un presupuesto de 375.000 euros, la cata de materiales será determinante para decidir si en ellos se puede usar o no el camión.

Por el momento, tres operarios de Resconsa trabajaban ayer a mediodía en la retirada de las capas más superficiales de los materiales del cubo situado justo frente a la delegación de la Xunta. Dos cubos más allá, se iban apilando parte de los elementos extraídos.

COLILLAS. Persiste, en tanto, el problema de suciedad en el monumento. Sigue habiendo bolsas con heces caninas (ayer a mediodía apenas había un par) y la presencia de colillas era una tónica generalizada a lo largo del adarve. Los dos cubos situados frente al Fogar de Santa María sumaban más de tres decenas de restos de cigarros, una situación que también se aprecia con nitidez en el entorno de A Mosqueira. Algún tapón de botella, envoltorios de caramelos y hasta un ticket de un peaje completaban ayer el panorama del incivismo. Aún así, la muralla ha vivido días mucho más sucios.

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