La visita que eclipsó las Olimpiadas

A finales de julio se cumplieron 25 años de la única visita que hizo el comandante cubano Fidel Castro a la casa de su padre en Láncara. Aquel día, el municipio se situó en el foco internacional por delante de los Juegos Olímpicos que se celebraban en Barcelona y de la Exposición Universal organizada en Sevilla.
Begoña Rivera, Manuel Castro, Eladio Capón, Amador López y Manuel Vázquez Rivas fueron los encargados de invitar a Fidel Castro al municipio
photo_camera Begoña Rivera, Manuel Castro, Eladio Capón, Amador López y Manuel Vázquez Rivas fueron los encargados de invitar a Fidel Castro al municipio

MIENTRAS BARCELONA albergaba los únicos Juegos Olímpicos en España hasta la fecha y Sevilla organizaba la Exposición Universal, Láncara se convertía en centro informativo internacional por méritos propios. El 28 de julio de 1992, tres días después de arrancar las Olimpiadas, se hacía realidad el deseo de varios concejales del municipio que, liderados por el alcalde del momento, Eladio Capón, hicieron posible la visita de Fidel Castro a la casa natal de su padre, Ángel Castro.

Aquel caluroso martes de julio pasará a la historia como una de las páginas más importantes de un municipio de unos 3.000 habitantes. Fue el día en el que Láncara se colocó a la altura de las capitales españolas.

Manuel Vázquez Rivas: "El día que vino Fidel Castro a Láncara se recordará por la cantidad de periodistas de todo el mundo que había"



Todo comenzó con una visita del alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, a Cuba en 1989. "Yo vi que el alcalde de Oleiros iba a hacer un viaje a Cuba y le llamé para ir con él, pero los concejales no se pusieron de acuerdo", apunta Eladio Capón, alcalde de Láncara en aquella época.

Un año después fue Fraga quien visitó la isla caribeña. "Ahí fue cuando decidimos que había que hacer algo y comenzamos nombrando a Fidel Castro Hijo Adoptivo de Láncara", recuerda el exalcalde. Todo se acordó en el siguiente pleno, en el que se nombró a la delegación encargada de comunicárselo a Fidel Castro en tierras cubanas.

Junto a Capón viajaron Begoña Rivera —que emocionó al comandante con una bolsa de tierra lancaresa de la casa de su padre—, Manuel Castro, Amador López y Manuel Vázquez Rivas. No fueron solos. Otras 35 personas acompañaron a la delegación al país cubano para entregar a Fidel el acuerdo por el que se le nombró Hijo Adoptivo y, sobre todo, para invitarle a conocer la casa de su progenitor. "No me puso ningún problema. Le hizo mucha ilusión y me dijo que estaba encantado de poder venir a Láncara. Entonces todo se preparó a través de Manuel Fraga", rememora Capón.

Carlos López Sierra: "Fidel comió mientras un médico de su séquito controlaba todo lo que ingería o bebía"

LA VISITA. "Ese día vinieron cientos de periodistas de todo el mundo", recuerda Manuel Vázquez Rivas. No fue para menos. Fidel Castro, acompañado por su séquito de escoltas y Manuel Fraga, llegaban a las 12.00 horas al ayuntamiento de A Pobra de San Xiao. Allí, la banda de música de Sober amenizó la recepción oficial al comandante cubano, que recibió el título de Hijo Adoptivo antes de dar un pequeño discurso en el que se declaró "hijo natural de Láncara y nieto de emigrantes pobres".

Tras estampar una firma en el libro de honor del Ayuntamiento, en un abarrotado salón de plenos, la comitiva se desplazó hasta la casa del padre de Fidel, situada en la parroquia de Láncara.

Allí, la locura. Cientos de personas —la mitad, periodistas— aguardaban al líder cubano para tratar de arrancarle unas palabras, gritar consignas revolucionarias o simplemente tocarle. Como pudo, Castro entró en la casa, donde "entre lágrimas", recuerda Capón, escuchó con atención un poema que recitó una de las hijas de Carlos López Sierra, "casi un hermano para los cubanos". Tras ello, el comandante salió por un caminito hacia la huerta. Allí, el cura de Láncara le leyó la partida de nacimiento de su padre.

Eladio Capón: "En la partida de dominó me coloqué detrás de Fidel y Fraga pensó que le estaba ayudando a ganar"



"¡PULPO PARA TODOS!". Tras conocer la casa llegó el turno de probar la gastronomía gallega. El grupo se dirigió a la carpa instalada en Armea, donde esperaba una romería con pulpo, empanada y sardinas. El número de personas allí reunidas desbordó toda expectativa y muchos se tuvieron que quedar de pie. Para ellos tuvo un gesto Fraga reclamando a viva voz "¡pulpo para todos!" en un intento de no dejar a nadie insatisfecho en una cita histórica.

Carlos López Sierra recuerda con nitidez momentos de aquella comida. "Fidel tuvo todo el rato un médico detrás pendiente de qué comía, qué bebía... de ahí que no terminase como Fraga, al que le afectó el alcohol".

Tras la comida llegó la famosa partida de dominó que concluyó en empate. Capón se colocó detrás de Fidel, hecho que mosqueó a Fraga. "¡Siéntese ahora mismo y no se levante mientras yo sea presidente!", espetó el dirigente de la Xunta al entonces alcalde. "Entonces mucho me tengo que quedar sentado", sentenció el exregidor. Tras la partida, Fidel Castro visitó el paseo del Malecón de Sarria antes de regresar de manera definitiva a Lugo, donde puso punto y final a un viaje inolvidable para muchos, pero sobre todo para los lancareses que lo vivieron en primera persona.

En 2001, Eladio Capón pidió a Castro que volviera a Láncara. "Si Fraga me asegura la estancia, voy", le respondió el comandante. No volvió a darse la oportunidad.

Comentarios