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Seguiré buscando

EMPUJADO por el teletrabajo he tenido que recuperar la cuenta personal de correo electrónico, aquella que nunca se iba a separar de nosotros y que con el paso del tiempo fue sustituida por la del trabajo, el Facebook, el Messenger, el WhatsApp y el Twitter… en la salud y en la enfermedad. Me asusté al ver la cantidad de mensajes que había en la bandeja de entrada. Años y años olvidados, despreciados, borrados de la memoria. Dominado por una fuerza extraña empecé a borrarlos de manera convulsiva. Los días, las semanas, los meses volaban en segundos. Cuando me empezó a doler la muñeca de apretar el ratón medité sobre lo que estaba haciendo. Lo supe al instante. Viajaba atrás en el tiempo en busca del mensaje de alguien que, en los tiempos del correo electrónico personal, hubiese sido importante en mi vida. Ya saben, esa gente que quieres pero vas dejando por el camino. Anhelaba un email conocido para contarle que el teletrabajo me había llevado hasta allí y para pedirle que se cuidase mucho en estos días en que nos damos cuenta de que la única cosa importante es estar cerca de quien quieres, aunque esté enterrado entre miles de mensajes. Un día de estos seguiré buscando.