La tensión se recrudece en Xinjiang tras la muerte de dos uigures por disparos de la policía

Los disparos de la policía han matado en China a otros dos manifestantes en la región autónoma de Xinjiang, según informa la radio estatal. Se trata de dos miembros de la minoría musulmán uigur, y elevan la cifra de fallecidos a 184 desde el pasado domingo, bautizado como 'domingo sangriento' por la dura represión emprendida contra esta etnia después de que dos de sus miembros perdiesen la vida en una fábrica de juguetes.

Los violentos enfrentamientos entre ambas etnias, los más crudos desde la matanza de Tiananmen, se originaron el pasado 26 de junio. El origen: el grito de una joven han que se equivocó de habitación en la fábrica. Cuando la trabajadora de 19 años entró por error en el dormitorio de unos jóvenes uigures que trabajaban con ella lanzó un grito. Alarmados, obreros de la etnia han acudieron al lugar y se enfrentaron a los uigures en un linchamiento que se saldó con dos muertos y más de cien heridos.

El miedo impone la normalidad
Las muertes de este lunes rompen con la normalidad que, poco a poco, iba recuperando Urumqi, la capital de Xinjiang. Los negocios abren sus puertas y la actividad diaria devuelve la vida a las calles a costa del miedo, que mantiene a la gente callada y sin moverse de su barrio, según informan los periodistas de las distintas cadenas desplazadas a la región china.

Y es que el Gobierno chino ha respondido a los disturbios con un gran despliegue de fuerzas de seguridad en esta zona. El Buró de Seguridad Pública de Urumqi prohibió el sábado las marchas, manifestaciones y asambleas públicas y este lunes ha anunciado que sus habitantes no podrán "gritar consignas, colgar carteles o repartir folletos".

La policía de la capital de Xinjiang ha advertido que confiscará todo cuchillo o bastón que vea en las calles y exige a todos los ciudadanos que lleven su documento de identidad, advirtiendo de que cualquier persona que no lo tenga podrá ser detenida para su posterior interrogatorio.

Mientras los militares blindan las calles y frenan los violentos enfrentamientos entre musulmanes y colonos, el jefe del Partido Comunista Chino de Urumqi,Li Zhi, anunció la pasada semana que las personas culpables de asesinato durante los disturbios en Xinjiang serán condenadas a pena de muerte.

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