Opinión

La Ribeira Sacra

Se dice que "la vida es eso que pasa mientras estamos haciendo otros planes". Y a veces pasan cosas maravillosas, aunque casi no nos percatemos de ello porque ahora mismo tenemos la cabeza centrada únicamente en la pandemia que nos amenaza. Una de esas noticias magníficas se produjo el pasado viernes, cuando trascendió que la candidatura de la Ribeira Sacra a Patrimonio de la Humanidad logró situarse entre las 24 propuestas internacionales que optan a ser reconocidas por la Unesco. Ahora solo falta dar el último y definitivo paso para que se cumpla un objetivo largamente perseguido, que es que esa auténtica joya que comparten Lugo y Ourense se convierta en Bien Mundial. Sería un espaldarazo definitivo para una comarca de gran belleza natural y rico patrimonio que aspira a poner su nombre en una lista de oro en la que ya figuran la muralla de Lugo, el casco antiguo de Compostela, el Camino de Santiago y la Torre de Hércules.

El éxito del trabajo en equipo

Si se consuma el éxito y la Ribeira Sacra logra el reconocimiento que merece, el esfuerzo habrá valido la pena. Xunta, Lugo y Ourense habrán demostrado que el trabajo en equipo da sus frutos.

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