Divulgadores de conocimiento

La prehistoria de la pantalla digital

La linterna mágica y el epidiascopio son los antepasados del proyector de diapositivas o del ordenador con usos pedagógicos. Estos aparatos introdujeron "la enseñanza por el aspecto" a finales del siglo XIX y pueden verse estos días en una exposición del Ies Lucus Augusti

Antonio Prado, catedrático de Historia recientemente jubilado y alma mater de la exposición ‘O ensino polo aspecto’, está convencido de que entre 1876, cuando se creó la Institución Libre de Enseñanza, y 1936, se dio el periodo más innovador en la historia de la enseñanza en España hasta nuestros días. "Las grandes ideas educativas están inventadas y provienen de esa época", indica. Una de las iniciativas que surgieron en esos años fue, precisamente, ‘la enseñanza por el aspecto’, es decir, apoyar los conceptos estudiados en imágenes que ayudaran a asimilarlos. Para ello, los docentes se valieron de los avances tecnológicos a su alcance, como la linterna mágica, primero, o el epidioscopio más adelante, para proyectar imágenes.

Estos aparatos y las placas y cristales que se utilizaban con ellos o los catálogos de las casas comercializadoras pueden verse en la exposición montada en el vestíbulo del Ies Lucus Augusti. De este modo, se saca a la luz una parte del patrimonio educativo de la provincia, en el que Antonio Prado lleva años investigando y que quiere mostrara los alumnos de hoy en día.

Los objetos expuestos forman parte del archivo del Lucus Augusti, al que fue a parar gran parte del material del Instituto Provincial cuando, ya implantada la segregación por sexos, se mudó el Instituto Masculino a su emplazamiento actual, a principios de los años 50 del siglo pasado. En aquel momento, "cada departamento metió su material donde pudo y estaba muy disperso, pero se ha ido reuniendo y organizando", indica Prado, que ya impulsó otras iniciativas de divulgación del patrimonio educativo, tanto de carácter fotográfico como bibliográfico o documental.

"Entre 1876 y 1936 surgieron las grandes ideas educativas, fue la etapa con más iniciativas pedagógicas en España"

Antonio Prado, organizador de la exposición

Las innovaciones tecnológicas que pueden verse en ‘O ensino polo aspecto’ se empezaron a emplear en Inglagerra. En España se pusieron al servicio de la educación a partir de 1886. Las primeras ilustraciones eran "más estéticas que pedagógicas", explica Prado, pero especialmente a partir del siglo XX se fueron ampliando y mejorando los contenidos didácticos, con ilustraciones de personajes y serIes de Historia, Bellas Artes, Literatura, o Geografía y Ciencias de la Naturaleza.

Inicialmente se utilizaban placas y a partir de 1900 se pasa a usar cristales de proyección, comercializados en cajas de madera que permitían su organización, selección y conservación. Alrededor de 1940 los sustituirían las diapositivas. En algunos casos, las casas comerciales que producían las vistas también fabricaban y vendían los aparatos de proyección.

Los fondos que se empleaban tanto para la compra de las máquinas como los cristales salían del presupuesto del centro y se adquirían a petición de los docentes, preocupados por innovar y por mejorar la calidad educativa con enfoques más pragmáticos y lúdicos. Fue una época dorada para la enseñanza, indica Prado, salvo porque "en aquel momento sólo una élite se beneficiaba de la segunda enseñanza".

Ahora que está jubilado, Antonio Prado no sabe quién continuará con la tarea de estudiar y exponer el patrimonio educativo del Lucus Augusti, aunque él tiene intención de seguir investigando y colaborando con la Asociación de Institutos Históricos, en cuya junta directiva ejerce el cargo de tesorero.

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