La Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) se sumó ayer a las demandas de su homóloga lucense de que se acabe cuanto antes la autovía Lugo-Santiago y que se inicie la que comunica la capital de la provincia con Ourense. Eso sin perder de vista el punto final de los tramos pendientes de la autovía del Cantábrico (A-8) y el puerto seco de Monforte y que se cree la autoridad portuaria.
Estas demandas se pusieron encima de la mesa en la reunión que mantuvo ayer en la capital lucense el comité ejecutivo de la patronal gallega, con su presidente, José Manuel Fernández Alvariño, al frente, quien dijo que «tardar dos horas desde Vigo a Lugo no es de estos tiempos». Además se las expusieron al alcalde López Orozco, que los recibió en el consistorio,
Una directiva más paritaria
El comité ejecutivo de la CEG, al que no asistió el presidente de A Coruña, adoptó una serie de acuerdos que se ajustan a la reforma estatutaria que prometió Fernández Alvariño cuando accedió al cargo a finales del pasado mes de julio.
