La obra en el río para dar más caudal a la fábrica de la luz genera protestas

Hay movimiento de tierras e interviene maquinaria pesada. El proyectó logró la declaración de impacto ambiental
Las obras a orillas del Miño
photo_camera Las obras a orillas del Miño

Las obras autorizadas para aumentar el caudal de agua que podrá aprovechar la concesionaria de la fábrica de la luz están teniendo un impacto grande en el río. La visión de grandes movimientos de tierra y de maquinaria pesada en el cauce y las riberas empieza a provocar quejas de ciudadanos.

Después de que no se autorizara una playa fluvial en Lugo con el argumento de que tendría un fuerte impacto en un espacio que es reserva de la biosfera, hay ciudadanos que se preguntan cómo es posible que se permita una obra que incluye la intervención de maquinaria pesada en el río. El alcance de la intervención provocó que este viernes se produjera al menos una llamada a la Policía Autonómica para que acudiera a controlar la legalidad de las obras. No obstante, la Xunta indicó que  no había llegado al servicio de Protección de la Naturaleza ningún expediente de la Policía por las obras.

En tanto, la Confederación Hidrográfica del Miño Sil se limitó  a confirmar nuevamente que en mayo se autorizaron las obras para incrementar hasta 18.000 litros por segundo el caudal que la firma Inca podrá aprovechar para para producir energía cuando vuelva a poner en marcha la fábrica de la luz.

La autorización supone casi triplicar el caudal aprovechable, que históricamente era de 7.000 litros por segundo, y la licencia se otorgó después de que el Ministerio de Medio Ambiente aprobara en 2012 la declaración de impacto ambiental de las obras, a propuesta de una petición del Concello de 2011, señaló ayer la Confederación Hidrográfica Miño Sil.

Las obras han arrancado siete años después de que el Concello otorgara a Inca la concesión para explotar la fábrica de la luz.

Se trata de una concesión que ya en su día fue polémica y que posteriormente fue cuestionada porque se conoció que la firma adjudicataria tenía firmado un acuerdo para hacerse con el negocio con un presunto testaferro de Francisco Fernández Liñares, exconcejal y expresidente de la Confederación Hidrográfica.

El plazo de finalización de los trabajos es de 18 meses y la concesión hecha por el Ayuntamiento contempla que la empresa podrá explotar la fábrica de la luz durante los próximos 38 años. Aunque la concesión se hizo hace siete años, el plazo de concesión no ha empezado a contar y no lo hará hasta que se empiece a explotar la planta para generar energía.

El plazo dado para finalizar los trabajos es de 18 meses y la empresa podrá explotar un caudal de 18.000 litros por segundo

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