La culpa no siempre es del mensajero. A veces es de la mensajería. Es la errónea conclusión que cabe extraer de las fracasadas negociaciones PSOE-Podemos para la formación de Gobierno. Resulta que, según algunos, la falta de entendimiento vino motivada en parte porque Carmen Calvo usa Whatsapp y Pablo Echenique recurre a Telegram y se le pasaron por alto algunos ofrecimientos de la vicepresidenta en funciones. Es cierto que ante la falta de respuesta se llegó a recurrir a Alberto Garzón como mediador. Pero seamos serios: todo fue un postureo y nunca hubo voluntad real de llegar a un entendimiento. Así lo deja entrever la intrahistoria de la negociación, donde unos pedían una cosa y cuando se la ofrecían pasaban a reclamar otra. Hasta Pedro Sánchez evitó un receso en la sesión de investidura para no pactar en un minuto lo que no se había logrado en tres meses de distanciamiento y desencuentro.
Casado cabalga en solitario
"No te lo perdonaré jamas, Manuela Carmena", dejó escrito en 2016 Cayetana Álvarez de Toledo, que promete tardes de gloria en el Congreso como portavoz del PP. Casado aparca la moderación para volar libre de tutelas. Veremos si no se estrella.
