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La habitación

Título: Room.
Director: Lenny Abrahamson.
Reparto: Brie Larson, Jacob Tremblay, Joan Allen.
Calificación: ●●●●

JACK ES un niño de cinco años que se ha pasado toda la vida encerrado en un cobertizo.

Nació en cautiverio y su mundo se restringe a lo que ve y siente entre esas cuatro paredes. Sus únicos contactos con el exterior son un tragaluz, por el que alguna vez ha visto una hoja seca, y la televisión. Su madre, con la que vive, construyó una realidad con las pocas herramientas que hay dentro de la habitación. El resto es, simplemente, la nada. No existe.

Cuando Jack cumple cinco años, la madre se ve obligada a contarle que hay un exterior tan grande que no se lo puede ni imaginar. Lo más difícil es explicarle la diferencia entre la representación de los dibujos animados y la realidad de las imágenes en televisión.

Todo en La habitación está contado desde la perspectiva del niño.

La guionista Emma Donoghue adapta su propia novela sobre una chica raptada con diecisiete años que vivió hasta los veinticuatro oculta en un cobertizo. Su secuestrador, el Viejo Nick, la viola casi cada noche y mantiene con ella una relación que se parece más a la de un maltrato conyugal que a la de un secuestro. El sometimiento del Viejo Nick, que no es ni siquiera un personaje construido sino más bien una sombra, se hace explícita en dos escenas. En una, ella le pide perdón porque se le quemó la comida que hace todos los días en un horno rescatado de un vertedero. En otra, él se muestra arrogante y le recrimina que no sabe lo duro que es el mundo ahí fuera. Como si la reclusión fuese, en el fondo, un acto de generosidad.

Lenny Abrahamson utiliza la luz, las lentes y la posición de la cámara para dotar al texto de un sentido fílmico mucho más profundo. La claustrofobia de la primera mitad de la película contrasta con la dificultad de Jack para captar lo inabarcable que es el mundo a ojos de alguien que ha nacido en cautiverio. El actor Jacob Tremblay es un portento sobre el que recae toda la película y al que pertenece, por lo menos, la mitad del Oscar que ganó Brie Larson como mejor actriz el pasado lunes.

La habitación no solo resulta incómoda para el espectador en la descripción del cautiverio. También incordian las preguntas que se hace. La libertad como forma de vida extraña; el cuartucho como auténtico hogar en la mentalidad de Jack; y la transmisión de la culpa hacia la mujer por no haberse enfrentado a su captor, por no haber enviado antes a su hijo fuera y por todo aquello de lo que se les acusa a las mujeres cuando son víctimas.

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