«Entre os habituales temos un dito que di que La Goleta é como o salón da casa», afirma Paco Nieto, asiduo al bar de la calle Monforte que este sábado cerrará sus puertas después de 30 años de vida, azotada por los fuertes vientos de la crisis.
Clientes y propietarios reconocen que La Goleta Fantasma (el Goleta, a secas, para los asiduos) era mucho más que un bar de copas, se convirtió en un lugar de encuentro para personas de todos los ámbitos de la sociedad.