Opinión

La futura lideresa

TIENE buena imagen, es joven, perseverante y con mucha capacidad de empatizar. Así definen a Inés Arrimadas, llamada a ser la sucesora de Albert Rivera al frente de Ciudadanos, quienes la conocen de cerca. Se lleva bien prácticamente con todo el mundo dentro del partido —una de las personas con las que comparte más complicidades dicen que es la lucense Marta Rivera de la Cruz— y no se lleva siquiera mal con los que se marcharon tras el giro a la derecha del anterior líder. Es más, con algunos de ellos mantiene el contacto. Así que lo tiene prácticamente todo para refundar la formación naranja, reagrupar el rebaño y recuperar el centro político. Lo único que le piden a esta futura mamá de 38 años es que aprenda de los errores de su antecesor, a quien ella nunca discutió sus estrategias. Y sobre todo le aconsejan que evite los tics «cesaristas» y que sea cercana y de buen trato, como hasta la fecha. ¡No es poco!

La larga gestación de lo súbito

Lo súbito suele requerir una larga gestación, dejó escrito Heidegger. Así que el repentino cese de Robert Moreno y la restitución de Luis Enrique como seleccionador quizá responda más a algo que ignoramos que a un nuevo arrebato de Rubiales.

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