La comedia, la música y el papa, lo mejor de la 73ª Mostra de Venecia

El cine intenso volvió a salir triunfador pero fue el musical 'La La Land', la dura comedia 'El ciudadano ilustre' o la serie 'The Young Pope' lo que más gustó de esta 73 edición
El director italiano Paolo Sorrentino fue uno de los triunfadores del día
photo_camera El director italiano Paolo Sorrentino fue uno de los triunfadores del día

El cine intenso volvió a salir triunfador de la Mostra, en este caso el del filipino Lav Diaz, pero fue el musical La La Land, la dura comedia El ciudadano ilustre o la serie The Young Pope lo que más gustó de esta 73 edición.

La miniserie en la que Paolo Sorrentino critica con elegancia e ironía al Vaticano fue lo más destacado de un certamen cuyo programa prometía mucho pero que se quedó un poco lejos del nivel esperado.

Su protagonista, Jude Law, un irreverente papa, fue una de las estrellas más perseguidas de una Mostra que sirvió para oficializar la pareja formada por Michael Fassbender y Alicia Vikander, desvelar el segundo embarazo de Natalie Portman o mostrar la enorme simpatía de Emma Stone.

Los espléndidos 51 años de Monica Bellucci, la dulzura de Amy Adams, la timidez de Lily-Rose Depp -hija de Johnny Depp y Vanessa Paradis- o el atractivo de Jake Gyllenhaal, Andrew Garfield, Denzel Washington y Chris Pratt fueron otras de las imágenes del festival.

Rostros conocidos para protagonizar algunas de las películas más aplaudidas por el público, como la nueva versión de The Magnificent Seven que protagonizan Washington y Pratt, o la comedia romántica con la que Emma Stone y Ryan Gosling abrieron de forma explosiva la Mostra.

Su película La la Land, dirigida por Damien Chazelle (Whiplash) se llevó la Copa Volpi a mejor actriz para Emma Stone, premio que sabe a poco, pero sin duda se hablará mucho de ella en los próximos meses.

Al igual que de Arrival, una mezcla de emociones y alienígenas con una Amy Adams que apunta a su sexta nominación al Óscar. Pero en su camino por lograr la estatuilla se puede cruzar Natalie Portman, aclamada en Venecia por su retrato de Jackie Kennedy en Jackie, del chileno Pablo Larraín.

Pero más allá de la sección oficial, muchas de las películas más interesantes de Venecia se vieron fuera de competición.

Como la serie The Young Pope, de la que se avanzaron dos episodios, o como muchos documentales que trataron los temas más diversos.

Desde la banalización de la memoria del Holocausto denunciada por el ucraniano Sergei Loznitsa en Austerlitz a la música y el dolor de Nick Cave por la pérdida de su hijo que muestra sin pudor en One More Time with Feeling.

El conflicto de Siria también tuvo su espacio en la Mostra, con The War Show, que ganó el premio principal de la sección paralela Venice Days, y Our War, el testimonio de un estadounidense, un italiano y un sueco que se unieron a las milicias kurdas que combaten al Estado Islámico en Siria.

Sin abandonar la violencia de las guerras, American Anarchist se adentró en el mundo de The Anarchist Cookbook, un verdadero recetario del terror.

En el lado de las extravagancias, un documental sobre la obsesión sexual de la estrella italiana del porno Rocco Sifredi, los exorcismos telefónicos del padre Cataldo en Liberami o realidad virtual para contar por enésima vez la vida de Cristo.

Y mezclando la realidad más dura con la ficción, la Mostra programó un ciclo especial en el que dio voz a los inmigrantes que llegan cada día a Italia en busca de una segunda oportunidad.

El regreso a la dirección de Mel Gibson con Hacksaw Ridge fue otro de los momentos estelares de un festival con fuerte presencia hispanoamericana.

Dos trabajos fueron especialmente bien acogidos. En la sección oficial la inteligente El ciudadano ilustre, de los argentinos Mariano Cohn y Gastón Duprat, con una gran interpretación de Oscar Martínez -que se llevó la Copa Volpi-.

Y en Horizontes, el debut en la dirección del actor español Raúl Arévalo con Tarde para la ira, que logró el premio a la mejor actriz para Ruth Díaz.

Pero también hubo decepciones. Las que provocaron las películas de Wim Wenders, Amat Escalante -pese a que fue premiado como mejor director- o Emir Kusturica, o la del puro esteticismo pero escasa narración cinematográfica del documental sobre el universo presentado por Terrence Malick.

En resumen, once días llenos de mucho cine, con altibajos pero con una edición en la que Venecia ha recuperado el pulso perdido en los últimos años.

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