La carga de las viejas imágenes

Las fotos de los años noventa del presidente de la Xunta con el narcotraficante Marcial Dorado, que ayer publicaba El País, hablan del estado de ventiladores activados en la política española. De Feijóo, salvo que haya nuevos aportes, nada dicen que afecte a su gestión actual en la Xunta ni a su carrera futura. Quizás, precisamente, sea el horizonte futuro de este político gallego el que haya activado estas viejas fotos que no aparecieron en la campaña electoral de las autonómicas, cuando ya se conocían, como revela el periódico. En esta España política enfangada en grandes corrupciones, en grandes sospechas, con carreras y aspiraciones personales truncadas y con el miedo instalado en la clase dirigente de los grandes partidos para tomar el timón y dar un giro, en este contexto Núñez Feijóo aparece como una amenaza. Su discurso va por libre frente a la línea que trazan para los Bárcenas. Su mayoría absoluta en convocatoria desde el poder en Galicia desmiente el desgaste de la crisis para quien ocupa las responsabilidades de gobierno y viene a decir que es la política y la gestión que se practica la que lleva a las derrotas electorales. Feijóo ahora mismo es un personaje incómodo para muchos de los suyos, para quienes se sitúan en la línea de salida, dando ya por amortizado a Rajoy. Y es absolutamente incómodo para los planes que hubo y hay para desplazar a la derecha del poder en Galicia. Feijóo recibe su propia medicina, se puede pensar volviendo a las fotos de yates y audis de las autonómicas que derrotaron al bipartito. Esa batalla pertenece ya al pasado. Estas fotos, como las que puedan venir, pertenecen a la contienda por el poder de este momento y para los próximos años. Las fotos por sí mismas molestarán personalmente a Feijóo y generarán nervios en el PP gallego y en la Xunta. ¿Coste político? Activar alarmas y miedos, que no es poco.

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