Kaiche, de techo del Breogán a doble en la película favorita a los Goya

El argelino de 2,32, que probó fortuna sin suerte en Lugo entre 2007 y 2009, hace de doble en 'Handia' ► Su vida es de película: tras fracasar en el baloncesto acabó mendigando en las calles de Barcelona

Rodaje de Handia, con Saad Kaiche. EITB
photo_camera Rodaje de Handia, con Saad Kaiche. EITB

La historia de Saad Kaiche es de película. Y nunca mejor dicho. Aquel gigante de 2,30 metros que probó fortuna, sin éxito, en el Breogán entre los años 2007 y 2009 es uno de los protagonistas de Handia, la película vasca que se ha convertido con 13 nominaciones en favorita para los Goya, cuya gala se celebra este sábado.

Al argelino no le verán la cara en la cinta que firman Aitor Arregi y Jon Garaño y que narra la vida de Migel Joakin Eleizegi. Es la historia de un hombretón que padecía gigantismo y medía más de 2,30 metros (algunas fuentes dicen que incluso llegaba a los 2,42 metros) y que recorrió media Europa para ser exhibido como parte de un espectáculo de rarezas. 

Kaiche, cuya vida dio casi tantos tumbos como la del protagonista de la película, hizo en algunas escenas de doble de Eneko Sagardoy, el actor que encarnó al hombre que en el siglo XIX fue conocido como el gigante de Altzo.
 

El gigante argelino hizo de doble del actor que encarna al gigante de Altzo en la película vasca que cuenta con 13 nominaciones a los Goya


UN GIGANTE EN LUGO. Pero, ¿cómo llego Kaiche hasta aquí? El argelino aterrizó en Lugo en agosto de 2007, cuando el Breogán trataba de regresar a la ACB de mano de un Paco García que vivía su segundo paso por el club celeste. Su llegada fue todo un acontecimiento en la ciudad. Por las calles, los lucenses paraban a este tímido chico que apenas chapurreaba unas palabras en francés y que llegó en pleno ramadán, sin probar bocado de carne, para afrontar la pretemporada que debía marcar su vida deportiva.

Estuvo dos años en Lugo, donde no triunfó en el Estudiantes de Eba

Kaiche, con el Estudiantes de Primera Nacional. AEP
Había empezado a jugar a baloncesto solo dos años antes y a la ciudad de las murallas llegó recomendado por el mítico Anicet Lavodrama. Un diamante por pulir. "Es tremendamente coordinado, flexible, pero todavía no entiende el juego colectivo", decía por entonces Paco García.

Kaiche se enroló en la dinámica del Estudiantes de Eba, equipo vinculado al Breogán, y en los dos años en los que estuvo en Lugo llamó más la atención por su altura que por su juego. En el curso 2008-2009 disputó 16 partidos y, en algo más de 9 minutos por cita, cosechó unos pírricos 1,1 puntos, 2,4 rebotes y 0,3 tapones de media. 

Kaiche acabó viviendo en las calles de Barcelona: el techo del baloncesto español era un 'sin techo'


Para entonces el argelino ya había sido protagonista de crónicas en muchos medios de toda España. Roberto Dueñas, gigantón del FC Barcelona, le dejaba ropa y calzado. No era fácil encontrar en Lugo las zapatillas del 58 que usaba Kaiche. 
Kaiche, con una canasta del Pazo. AEP
DANDO TUMBOS. Saad se fue de Lugo por la puerta de atrás, regresó a su país, después pasó por Francia y luego volvió a España para seguir probando fortuna en el baloncesto más humilde. Tuvo alguna experiencia en equipos menores de Cataluña, se lesionó, tampoco cuajó. Y acabó viviendo dos años en la indigencia, durmiendo en las calles de Barcelona, en cajeros, en la playa, en casas de compatriotas. Pedía limosna para sobrevivir. O lo intentaba, pues no siempre lograba vencer su timidez para dirigirse a los transeúntes.

En 2013, Pepe Sillero, hombre vinculado al Joventut en los 70, lo descubrió tirado en las calles. Su historia salió a la luz y volvió a probar suerte en el Unió Esportiva Barberà, de la Primera División catalana. Fracasó de nuevo y acabó siendo acogido por una familia catalana a la que ayudaba en tareas agrícolas. El Barcelona, con la intercesión de Joan Creus, le seguía dando ropa para vestirse cuando la solicitaba. Intentó emplearse como portero de discoteca, según recoge un reportaje de Aarón Morales sobre "gigantes olvidados" del baloncesto. Fue jardinero, vigilante, pintor, limpiador, explicaba el gigante argelino más tarde a Noticias de Gipuzkoa.

¿Cómo llegó a trabajar en 'Handia'?
Cuando los directores de Handia se propusieron rodar la película sobre el gigante de Altzo se toparon con un problema: el actor que le daría vida, Eneko Sagardoy, medía 1,84. ¿Cómo hacerlo pasar por un gigante de más de 2,40? Fue entonces cuando los productores encontraron a Kaiche en Barcelona.

Recurrieron a David Heras, un especialista que, por su brillante trabajo dando solución a este problema, acabó nominado junto a Jon Serrano en la categoría de Efectos Especiales en esta edición de los Goya.

La mayor parte de las escenas se solventaron con alzas y zancos. Pero también con tecnología. Saad Kaiche fue su doble para rodar algunas escenas. Después cambiaban digitalmente su cabeza por la de Eneko Sagardoy. 

A Kaiche lo tuvieron medio oculto durante el rodaje para que no se descubriese el secreto para hacer creíble al gigante en la gran pantalla. El argelino dejó honda pegada en las localidades donde se grabó la película. No pasaba desapercibido.

En octubre de 2017, El Diario Vasco recogía en un reportaje que Saad se había asentado en Urretxu, una villa guipuzcoana de poco más de 6.000 habitantes. Allí buscaba trabajo y entrenaba a unos chavales de un equipo de baloncesto, esa gran pasión que lo llevó a Lugo hace algo más de diez años en busca de un sueño que nunca llegó a alcanzar. 

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