El juzgado de Pilar de Lara decomisa siete perros en una parcela de Láncara

Su dueño los dejó solos el día 2 pero dice que tenían comida

Personal retirando uno de los perros en Ronfe, Láncara. PORTO
photo_camera Personal retirando uno de los perros en Ronfe, Láncara. PORTO

El juzgado de Instrucción número 1 de Lugo, cuya titular es Pilar de Lara, decomisó este domingo siete perros de una parcela anexa a una casa de Ronfe (Láncara).

Personal del Seprona, la Consellería de Medio Ambiente, la Sociedad Protectora de Animales de Lugo y la residencia Garatuxa de Outeiro de Rei se encargaron de retirar los animales. Fueron trasladados a este último centro, con el que tiene convenio el Concello para la recogida de perros.

La incautación de los canes se produjo después de que, a raíz de una denuncia de la presidenta de un colectivo de la provincia, la Sociedad Protectora de Lugo comunicara a la Consellería de Medio Ambiente que una perra adoptada en esta entidad en 2013 por un vecino de Ronfe se encontraba en "mal estado".

Por ello, agentes de esta consellería se trasladaron a la parroquia lancaresa el pasado viernes para comprobar la situación de los animales. Los perros aparentemente no estaban en mal estado y tenían pienso y agua. Les habían dicho que había ocho animales, aunque solo vieron a siete.

El propietario de los canes no estaba, pues había viajado a Madrid en la madrugada del día 2, dijo. Los agentes de Medio Ambiente regresaron el sábado a Ronfe por otra denuncia y se encontraron el cadáver de un perro, además de los siete canes que ya habían visto el día anterior. Tras ello, este domingo el juzgado decretó su incautación. El propietario dice que este animal muerto no es suyo.

El lancarés llegó este domingo a Ronfe, después de que los agentes contactaran con él, y permitió la retirada de los animales. Aseguró que tenían alimento para "quince días" y que, además, solicitó a vecinos que les dieran comida. "Os cans estaban perfectamente", reiteró.

Ninguno de los perros tenía microchip. Además, al tratarse de más de cinco,según la Ley de Bienestar Animal, el dueño debía comunicarlo a Medio Ambiente y tenerlos con unas determinadas condiciones higiénico-sanitarias. Por ello, se podría enfrentar a una sanción administrativa.

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