Hay un programa en la televisión argentina que se emite todas las navidades y que recoge las acciones más espectaculares del año en el mundo del deporte. Es todo clásico del mes de diciembre, algo así como el programa de José Mota en España, pero sin chistes.
Como confeso admirador del fútbol argentino intento verlo todos los años. No fallé a la cita en 2018; lo recuerdo perfectamente porque no fui capaz de pasar de la primera jugada. El resumen de lo mejor del año en todo el mundo comenzó con el gol que Juan Carlos, portero del Lugo, anotó ante el Spórting desde más allá del centro del campo. Me puse muy nervioso al imaginarme a la República Argentina poniendo sus futboleros ojos en el Ángel Carro. La responsabilidad fue tal que apagué la televisión, como si así me pudiese esconder de millones de fanáticos ávidos de acciones imposibles.
El Lugo lleva ocho temporadas en Segunda y creo que ese fue el momento en el que llegó más alto. Ahora está con el agua al cuello y la ciudad se ha dado cuenta de lo que puede perder. Ojalá no sea tarde y hoy mismo comience una escalada que lo lleve a salir de nuevo en la televisión argentina. Aunque tenga que jugar al escondite de nuevo.
