José López Rivas: ''El espíritu del Dakar seguirá vivo''

"Ha sido un triunfo del terror". El mundo del deporte, tantas veces inmune a otros ataques, no ha podido esta vez salir victorioso ante un envite tan serio. Cuando el terrorismo entra en juego, lo más conveniente es quitarse de en medio. Eso es precisamente lo que pensaron los organizadores del Dakar el pasado día 4, cuando, en una medida sin precedentes, decidieron suspender el rallye más famoso del mundo ante la amenaza de atentados terroristas.

Esa decisión “razonable” dejó hecho añicos los sueños de mucha gente. Los más damnificados, claro está, fueron los pilotos. Entre ellos se encontraba José López Rivas, lucense afincado en Sanxenxo desde hace varios años. Rivas, de 47 años de edad y principal responsable del único equipo gallego que iba a tomar la salida en el Dakar 2008, relata los sentimientos de rabia e impotencia que invadieron a todos los participantes tras conocerse la suspensión.

El comunicado que emitió el mismo día 4 la ASO, ente organizador del Dakar, dejaba bien a las claras que la vuelta atrás era imposible. “(...) Teniendo en cuenta las actuales tensiones políticas internacionales, el asesinato de cuatro turistas franceses ocurrido el 24 de diciembre pasado, acto relacionado con un brazo de Al Qaeda, en el Magreb islámico, y, sobre todo, las amenazas proferidas contra la carrera por grupos terroristas, la ASO no puede pensar en otra decisión razonable que no sea la anulación de la prueba”.

"La gente estaba destrozada. Se respiraba mucha tristeza en el ambiente porque de alguna manera se acaba una prueba mítica del motor y una aventura casi inigualable. Había pilotos que iban a participar en su primer rallye. Todos habíamos hecho un esfuerzo económico tremendo, habíamos trabajado mucho e invertido mucho tiempo para poder estar en el rallye. Había gente que llevaba años preparando el rallye y el no poder estar fue un golpe tremendo. Vi incluso gente llorando”.

Lágrimas por un sueño roto y una ilusión truncada. Una ilusión que también tiene su medida en dinero. “Mi equipo (el Sanxenxo Dakar Leche Río) contaba para afrontar el Dakar con un presupuesto superior a los 200.000 euros. De todo esto lo único que nos van a devolver son los gastos por inscripciones, algo menos del 15 por ciento del gasto total. El resto lo tenemos que poner nosotros. Fue un duro golpe porque nosotros, a pesar de tener un apoyo importante tanto institucional como de varias empresas, tuvimos que poner dinero de nuestro bolsillo”, señala López Rivas, que tenía previsto tomar la salida a los mandos de un todoterreno Mitshubishi L200 y con el pontevedrés Pablo Malvar de copiloto. Con ellos tenía previsto su llegada al Lago Rosa, lugar mítico que sirve de epílogo para el rallye más duro del mundo.

“Me dio mucha pena la suspensión porque habíamos preparado meticulosamente toda la prueba. Creo que teníamos opciones reales de cubrir todas las etapas del rallye, que era nuestro objetivo para esta edición. Se esfumaron todas nuestras ilusiones en el momento en que nos comunicaron la noticia. Entendemos la decisión, porque está claro que es mejor una retirada a tiempo que recibir un machetazo, pero es una verdadera lástima. En treinta años no había sucedido una cosa similar. En alguna ocasión se había anulado una etapa por amenazas terroristas pero nunca todo el rallye”, indica López Rivas, que se quedó con las ganas de vivir su segunda experiencia en el rallye Dakar.

La primera, el año pasado, todavía permanece muy fresca en su memoria. Al volante de un Mitsubishi Montero, López Rivas y Pablo Malvar se vieron obligados a abandonar la competición por un fallo mecánico. El imprevisto, sin embargo, no les impidió seguir la caravana de pilotos de forma paralela. A rebufo del resto de participantes llegaron al Lago Rosa, un momento indescriptible para ambos que esperaban repetir este año.

Pero el objetivo del Sanxenxo Dakar Leche Río para la edición del 2008 no pasaba sólo por acabar la prueba. También había un hueco para la vena solidaria. López Rivas y su equipo se fijaron como propósito conceder una donación al programa humanitario Acciones Dakar. Pese a la suspensión del rallye, la donación de material y medicamentos para un país tan necesitado como Mauritania pudo hacerse realidad. Contento por ello, López Rivas señala no obstante que los países africanos que tradicionalmente acogen la prueba “se quedan heridos de muerte” tras la suspensión del rallye.

“Quienes más van a sufrir esta decisión van a ser los países que acogían la prueba. Estos países se van a quedar sin las fuentes de ingresos que les proporcionaba el rallye a su paso. Promoción turística, ayuda humanitaria, los ingresos que dejaba la caravana de participantes y de organizadores... Después de la pesca, la principal fuente de ingresos en un país como Mauritania es el Dakar”, resalta López Rivas.

Ahora, todo parece indicar que estos países deberán acostumbrase a vivir sin el maná del Dakar. Los organizadores anunciarán en el plazo de un mes el nuevo itinerario para la prueba. Salvo sorpresa de última hora, el rallye se trasladará a otro continente. Un recorrido que una el este de Europa con Asia u otro que se adentre en zonas selváticas y desiertos de Argentina, Chile y Brasil parecen ser las posibilidades con más fuerza. Al margen del nuevo destino, López Rivas tiene claro que el espíritu del Dakar permanecerá inalterable.

“Se puede decir que muere un Dakar pero nace otro en otra parte del mundo, con unas características similares y conservando ese espíritu de dureza, aventura y riesgo”. Tres ingredientes que seguirán sirviendo de reclamo para muchos pilotos aventureros, entre ellos el propio Rivas, que asegura que no faltará a la cita del 2009, “Necesitamos recuperarnos porque económicamente nos quedamos un poco noqueados, pero confío en remontar el vuelo y estar en el rallye del 2009”.

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